Los policías que intervinieron en el operativo de búsqueda de la niña de 13 años asesinada en 2018 en un domicilio en el centro de Vilanova i la Geltrú definen la escena del crimen como "dantesca" y "terrorífica".
Los agentes aseguran que el acusado actuó con coherencia y serenidad en todo momento, incluso una vez se localizó el cuerpo de la niña, ya sin posibilidad de reanimarla, en una habitación removida y llena de sangre, y donde parecía que se habían intentado borrar pruebas. El hombre se intentaba exculpar, también en dependencias policiales, actuaba "como una persona normal" y "resignada".
En ningún momento, los agentes de la Policía Local y de los Mossos d'Esquadra detectaron que estuviera ni bajo el efecto de bebidas alcohólicas ni de drogas.