La Guardia Urbana de Barcelona ha denunciado durante la madrugada de nochevieja una fiesta en el vestíbulo de un inmueble con un grupo de unas 10 personas y un karaoke con unas 22 personas, en el marco del dispositivo de control para garantizar el toque de queda nocturno, el consumo de alcohol en la vía pública y las fiestas ilegales.
El cuerpo ha reforzado su presencia en los espacios públicos, especialmente entre la 1 y las 6 de la mañana. Los agentes han interpuesto 112 denuncias por no respetar el toque de queda y 39 por no llevar la mascarilla en la vía pública y otros espacios al aire libre. Los dispositivos estáticos de control en varias vías de la ciudad casi no han detectado personas que condujeran bajo los efectos del alcohol u otras sustancias.
En cuanto a denuncias a locales, solo se ha detectado uno que no cumplía el horario de cierre. El cuerpo no ha tenido que desalojar personas ni grupos que superaran el número permitido, ni se han localizado personas por compartiendo alcohol a la vía pública.