Las llegadas de inmigrantes aumentan un 28,7%

Entre el 1 de enero y el 15 de diciembre de este año las Canarias registraron un incremento superior al 889%, al contabilizar 
21.452 entradas, frente a las 2.168 del mismo período de 2019

21 diciembre 2020 06:50 | Actualizado a 22 diciembre 2020 21:35
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Los flujos migratorios no han sido ajenos a la pandemia. Entre el 1 de enero y el 15 de diciembre de 2020 llegaron a España 39.474 inmigrantes por vía marítima y terrestre, un 28,7% más que en el mismo periodo del año pasado, según el último informe del Ministerio del Interior. Las restricciones de movilidad impuestas por los países del norte de África han contribuido –junto a otros factores como el refuerzo de la vigilancia fronteriza en dichas zonas– a desplazar las rutas hacia Canarias, que se ha convertido en el epicentro de la llegada de pateras, cayucos y otras embarcaciones.

El archipiélago ha visto este año incrementarse en un 889,5% las entradas de personas en situación irregular, lo que se traduce en el desembarco de 21.452 migrantes a sus costas frente a los 2.168 registrados en 2019.

Esto ha provocado situaciones límite que tuvieron una gran repercusión en el plano político, como la crisis que se desató a finales de septiembre en el muelle de Arguineguín (Gran Canaria), principal puerto de operaciones de Salvamento Marítimo para la asistencia a las pateras detectadas al sur de las islas.

Las previsiones de acogida se desbordaron entre octubre y noviembre, meses en los que se registraron 12.000 llegadas de inmigrantes a Canarias, la mayoría a Arguineguín, en cuyo puerto llegaron a amontonarse hasta 2.600 personas en muy pocos metros cuadrados, sin techo para todos, y donde dormían sobre mantas extendidas en el suelo, compartían baño cientos de personas y era imposible mantener la distancia de seguridad del protocolo Covid.

«Ha sido una situación muy difícil, un muelle no es una infraestructura adecuada para estas circunstancias. Todas las personas que estuvimos allí al menos conseguimos darles ropa y comida caliente a los que llegaban», señala el portavoz y subdirector de Inclusión Social de Cruz Roja, José Javier Sánchez.

Las ONG comenzaron a referirse al muelle de Arguineguín como el «campamento de la vergüenza». El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viajó a la zona el 20 de noviembre y anunció dos soluciones para tratar de mitigar la situación: levantar carpas repartidas en Gran Canaria, Tenerife y Fuertenventura para acoger en mejores condiciones a 7.000 inmigrantes, y comenzar las repatriaciones a países con convenio. En todo caso, el ministro Grande-Marlaska negó tajantemente que el Ejecutivo fuera a iniciar reubicaciones desde el archipiélago a la península porque, afirmó, se quería evitar el «efecto llamada» y crear «vías de entrada irregular a Europa».

El Gobierno también inició una serie de reuniones bilaterales con países como Senegal, Argelia o Marruecos con el objetivo de fomentar acuerdos de repatriación y gestionar de forma «ordenada, segura y legal» los flujos migratorios.

Paralelamente, España, Italia, Grecia y Malta –los Estados miembros en primera línea de la frontera exterior de la UE en los que se concentra toda la presión migratoria– han hecho frente común contra el nuevo Pacto sobre Migración y Asilo que promueve la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Los cuatro países se quejan de que el plan les impone nuevas obligaciones y no prevé medidas de solidaridad eficaces, ya que renuncia a las cuotas obligatorias para repartir a los migrantes por el territorio de la UE.

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