La lucha contra el cambio climático se ha convertido en una prioridad a escala mundial. Y en este largo camino, cada vez se habla más de la importancia de la Economía Circular y su capacidad para lograr una sociedad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente al mismo tiempo que se genera prosperidad económica.
La Economía Circular se proyecta como fundamental en la lucha contra el cambio climático porque va más allá del hecho de reciclar y propone un conjunto de prácticas y actitudes tanto en la creación como en el consumo de productos. Plantea un nuevo paradigma al modelo lineal clásico (producir y consumir) con tres principios: minimizar la generación de residuos, mantener los productos en uso el mayor tiempo posible y regenerar los sistemas naturales.
Por lo tanto, propone un nuevo modelo económico para reaprovechar y reducir el consumo de materias primas desde proveedores, empresas, y clientes hasta todo el conjunto de las ciudades y territorios donde se implante. Pero también en todos los sectores productivos como la construcción, la industria, el turismo o el agroalimentario.
Uno de los primeros ejemplos y más ilustrativos de Economía Circular por su impacto fue el que aplicó Endesa con el desmantelamiento de la central térmica de Foix iniciado en 2017. La actuación se llevó a cabo de forma ordenada y segura y permitió retornar todo el entorno natural a su estado de conservación original beneficiando al municipio y a sus vecinos.