Donald Trump ha sido investido como el 47.º presidente de los Estados Unidos en una ceremonia dentro del Capitolio, en Washington, donde anunció que declarará una “emergencia nacional” en la frontera con México, enviará al ejército y designará a los cárteles de la droga como organizaciones “terroristas”. “La era dorada ha comenzado”, dijo en un acto rodeado de los hombres más ricos del país, líderes de extrema derecha y miembros de su futuro gobierno.
En su primer discurso como nuevo líder de los EE. UU., Trump prometió “revertir completamente” las políticas de la administración Biden. Así, aseguró que eliminará el “pacto verde”, impondrá nuevos aranceles y solo reconocerá “dos únicos géneros”.
“La política oficial será que solo existen dos géneros: el hombre y la mujer”, afirmó Trump, quien mantiene un discurso transfóbico.
Después de jurar el cargo ante el presidente del Tribunal Supremo de los EE. UU., John Roberts, Trump advirtió que su gran prioridad es devolver a los estadounidenses “su fe, su riqueza y su democracia”. “Dios salvó mi vida para que América vuelva a ser grande”, dijo en referencia al intento de asesinato que sufrió en julio.
Trump regresa este lunes a la Casa Blanca tras un paréntesis demócrata de cuatro años en el que Joe Biden intentó pasar página al primer mandato del republicano (2017-2021) y al asalto trumpista al Capitolio en 2021, un estallido de violencia política por el cual Trump fue imputado, aunque la acusación pública tuvo que retirar los cargos debido a su victoria electoral. Sin embargo, Trump es el primer presidente de los EE. UU. condenado por un delito grave, ya que fue declarado culpable de ocultar el intento de silenciar a una actriz porno.
Cuatro años después, el magnate de 78 años ha conseguido recuperar el poder en los EE. UU. prometiendo mano dura contra la inmigración, más aranceles, menos impuestos y prohibiciones transfóbicas. Trump también tiene aspiraciones expansionistas para su segundo mandato, aunque se presenta como un presidente pacificador en el ámbito internacional.
Trump reclama “poder” y “respeto” para los EE. UU.
“El legado del que más me enorgulleceré será el de ser un pacificador y unificador”, aseguró Trump, quien aspira a “recuperar el respeto” de los EE. UU. como “una nación poderosa”. “Nuestro poder detendrá todas las guerras y traerá un nuevo espíritu de unidad a un mundo que ha estado enfadado, violento y completamente impredecible”, añadió.
Sin embargo, Trump reclamó el control del canal de Panamá, que los EE. UU. decidió devolver a Panamá en 1977 bajo la presidencia del demócrata Jimmy Carter. Además, quiere que el golfo de México pase a llamarse “golfo de América”.
“El declive de los EE. UU. se ha terminado”, dijo Trump, criticando a la administración anterior, a la que acusó de haber utilizado el Departamento de Justicia para perseguirlo. “Hoy es el día de la liberación”, proclamó Trump, quien prometió hacer realidad “el sueño” de Martin Luther King.
Además de anunciar las primeras medidas antiinmigración, Trump adelantó que declarará una “emergencia energética” para promover la extracción de petróleo: “¡Perforaremos, nena, perforaremos!”. Así, el magnate defendió el uso de las extensas reservas de petróleo y gas, enterrando el plan verde de Biden para reducir las emisiones que provocan el calentamiento global del planeta.
Ceremonia dentro del Capitolio
Por primera vez en décadas, la ceremonia de toma de posesión se celebró dentro del Capitolio debido a las bajas temperaturas. La última vez que el acto se realizó bajo la cúpula del Capitolio fue para el segundo mandato de Ronald Reagan en 1985. Sin embargo, para contentar a los miles de seguidores que viajaron a la capital de los EE. UU. para seguir el evento en directo, Trump ofreció un mitin el domingo en el que adelantó que aplicará el “control fronterizo más agresivo jamás visto en el mundo” y revertirá las últimas órdenes ejecutivas de Biden.
En sus últimas horas en la Casa Blanca, el expresidente Biden indultó preventivamente al exasesor médico Anthony Fauci, al exjefe del Estado Mayor Conjunto Mark Milley y a los miembros del Congreso de los EE. UU. que investigaron los ataques al Capitolio, ante las promesas de “venganza” del nuevo presidente contra ellos. Minutos antes de la investidura, el equipo de Biden anunció un último indulto preventivo para sus tres hermanos y sus parejas.
En el acto de este lunes también juró el cargo de vicepresidente el hasta ahora senador por Ohio, JD Vance. Lo hizo ante el juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh, designado por Trump en su primer mandato.
Trump juró el cargo sobre una Biblia que sostenía la nueva primera dama de los EE. UU., Melania Trump, quien durante toda la ceremonia llevó un sombrero que le tapaba parte del rostro y los ojos.
Ceremonia con multimillonarios y líderes ultraderechistas
Trump juró el cargo rodeado de influyentes empresarios multimillonarios como Elon Musk (X), Jeff Bezos (Amazon), Tim Cook (Apple) y Mark Zuckerberg (Meta). “Una oligarquía está tomando forma en América con una extrema riqueza, poder e influencia que amenaza nuestra democracia”, advirtió Biden en su discurso de despedida.
A diferencia de Trump en 2021, el presidente saliente Joe Biden sí participó en el acto de transferencia de poder, así como la exvicepresidenta y rival de Trump en las elecciones, Kamala Harris.
También asistieron los expresidentes Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, aunque Michelle Obama no estuvo presente. Tampoco asistió al funeral de estado del expresidente Jimmy Carter a principios de mes.
Rompiendo con la tradición de este acto, Trump invitó a líderes internacionales como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, o el presidente de Argentina, Javier Milei. El presidente chino, Xi Jinping, declinó la invitación y envió a su vicepresidente. También asistieron dirigentes de extrema derecha como Santiago Abascal de Vox, el británico Nigel Farage, el francés Éric Zemmour, el polaco Mateusz Morawiecki y el colíder de AfD, Tino Chrupalla.
Para las actuaciones musicales de la ceremonia, Trump contó con la cantante de country Carrie Underwood y el tenor Christopher Macchio. Los Village People actuarán en uno de los bailes inaugurales.
¿Indultos por el asalto al Capitolio?
Trump prometió indultar a algunos de los implicados en el asalto al Capitolio en su primer día en la Casa Blanca, pero no concretó cuántas personas quiere perdonar de las más de 1.265 que han sido acusadas por los hechos, según datos del Departamento de Justicia de los EE. UU.
El propio Trump fue imputado por un presunto delito de conspiración y obstrucción en relación con el asalto al Capitolio, pero el fiscal especial Jack Smith retiró la acusación a finales de noviembre debido a la doctrina del Departamento de Justicia que establece que no se pueden mantener causas penales contra un presidente en ejercicio.
Sin embargo, Smith defendió en un informe publicado la semana pasada que Trump habría sido condenado si no hubiera ganado las elecciones.
Agenda política de Trump
En política exterior, Trump no descarta el uso de la fuerza militar o económica para obtener el control de Groenlandia y del canal de Panamá, objetivos que plantea desde hace semanas en un giro expansionista del republicano.
Por otro lado, Trump asegura que puede acabar con el conflicto entre Rusia y Ucrania en “24 horas”, ahora que la guerra entra en su tercer año. El republicano defiende hacer “la paz a través de la fuerza”, pero no ha concretado qué planes tiene para detener los enfrentamientos y alcanzar un acuerdo de paz entre Moscú y Kiev.
El magnate también había prometido poner fin a la guerra en Gaza, aunque amenazó con hacer “estallar el infierno en Oriente Medio” si Hamás no libera a los rehenes. Tanto él como Biden se disputan el mérito de un acuerdo que entró en vigor el domingo con la liberación de los tres primeros rehenes de la treintena pactada en la primera fase.
Desde Pekín esperan un “nuevo punto de partida” en las relaciones con Washington. Trump ha amenazado con aranceles y con limitar el acceso de empresas chinas al mercado estadounidense, aunque una de sus primeras medidas será permitir el regreso de TikTok.
En cuanto a su agenda doméstica, Trump quiere bajar impuestos e imponer más aranceles a China, México y Canadá, los tres mayores socios comerciales de los EE. UU. Pero la inmigración ha sido un tema central en su campaña electoral, marcada por un discurso xenófobo que vincula criminalidad y migración. Trump pretende llevar a cabo deportaciones masivas y cambiar el derecho a la ciudadanía por nacimiento en los EE. UU.
Precisamente, una de las primeras decisiones de la nueva administración ha sido cerrar la aplicación CBP One, que permitía a los migrantes que querían entrar en los EE. UU. programar una visita en un puerto de entrada.
El republicano se desmarcará de los demócratas en el ámbito climático, ya que pretende aumentar las perforaciones petroleras en los EE. UU., incluso en el Ártico. Asimismo, quiere recortar las restricciones para contener el calentamiento global y promover la industria automovilística.
Con un discurso transfóbico, Trump asegura que excluirá a las personas trans del ejército e impedirá que mujeres y niñas trans participen en “deportes femeninos”. De hecho, la Cámara de Representantes ya ha aprobado una ley para prohibir su participación en competiciones femeninas en escuelas financiadas con fondos federales.