Un año del primer paciente Covid en Catalunya: «Ni el más pesimista podía predecir esto»

Pedro Castro, intensivista del Hospital Clínic de Barcelona, explica como vivió ese primer contacto con la pandemia y lamenta: "era el preludio de algo que ojalá no hubiera pasado"

23 febrero 2021 16:45 | Actualizado a 23 febrero 2021 16:53
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El intensivista que trató a la primera contagiada de la covid-19 en Catalunya en el Hospital Clínic de Barcelona hace ahora justo un año, Pedro Castro, ha dicho que "ni el más pesimista podía predecir" las consecuencias de la pandemia que todavía vivimos.

Castro, jefe de la sección del área de vigilancia intensiva, ha afirmado que recuerda el ingreso de la primera contagiada en su hospital como "algo histórico" y, a la vez, "el preludio de algo que ojalá no hubiera pasado".

Recuerda que cuando la joven, una italiana de 36 años, entró en su unidad del Clínic, ya tenían un espacio reservado para el que fuera el primer paciente COVID, pues sabían que "era cuestión de tiempo" que llegase un positivo por las noticias que llegaban de China e Italia y al ser el hospital de referencia para infecciones.

"Llevábamos un mes haciendo cribados de posibles sospechosos, pacientes que habían viajado recientemente a esos países, y teníamos protocolizado dónde se colocaría al primero", ha rememorado.

Castro ha señalado que la paciente presentaba febrícula y dolor de cabeza y había tenido diarreas, todos ellos síntomas de tratarse de una enfermedad, entonces tan desconocida, que normalmente no habrían conllevado entrar en la UCI.

"Ella, más que miedo, manifestaba preocupación por si podía haber contagiado a alguien. Volvía de Italia de ver a su familia. Estaba más preocupada que aterrada, aunque eso no se sabe porque en algunas personas la procesión va por dentro", ha recordado.

El médico ha explicado que en el Clínic, al ser expertos en infecciones, no tenían tampoco "temor", sino "respeto ante una situación que no conoces muy bien", en referencia a la COVID.

"Era una situación curiosa porque la paciente hacía muchas preguntas para las que no teníamos respuesta, como cuánto tiempo estaría ingresada o cuándo dejaría de poder contagiar", ha apuntado.

Aunque normalmente los pacientes curados no suelen volver a la UCI porque no les trae los mejores recuerdos, Castro ha explicado que la joven pasó a saludar hace unos días, lo que les alegró mucho.

El jefe de sección de la UCI reconoce que los últimos meses han sido "tremendamente complicados" y llenos de "sin sabores" por haber tenido que trabajar "en condiciones muy extremas", y por todos aquellos que no superaron el virus.

"Era difícil imaginar entonces (el 24 de febrero de 2020) que las cosas fueran así. Ni el más pesimista podía predecir esto, un confinamiento, un periodo tan largo con tantos pacientes, los contagiados, los fallecidos, etc.", ha dicho.

"Hace un año, pero no es el final de la película, aún no sabemos cuantas escenas quedan, estamos en medio de la película todavía", ha añadido el médico, partidario de mirar al futuro pese a todo con "esperanza".

"Pero también hemos vivido cosas buenas, la solidaridad, el reconocimiento al trabajo, los equipos multidisciplinares, la investigación para conseguir la vacuna... Ver cómo el ser humano, ante los grandes retos, es capaz de generar una respuesta increíble", ha afirmado.

Junto a Castro trabajó la enfermera Pilar Torres, con más de 25 años a sus espaldas en el Clínic y hasta hace un año acostumbrada al trato cercano con los pacientes.

"Cuando llegó el primer caso, tuvimos que acostumbrarnos a medir las veces que nos acercábamos, bien protegidos, y teníamos que comunicarnos de otras formas, cuando hasta entonces estábamos más acostumbrados a la relación de tú a tú", ha recordado.

"Desde que tuvimos ese primer caso yo ni me imaginaba que podía pasar lo que ha pasado. Veíamos las noticias, leíamos estudios, pero nos lo encontramos como una bofetada, no teníamos tiempo de asimilar, solo de actuar. Trabajo aquí desde hace 26 años y nunca vi nada igual", ha explicado.

Para esta enfermera, "lo peor ha sido el estrés" ante una enfermedad infecciosa desconocida. "¿El futuro? El futuro no lo sé. Todo el mundo está esperando que esto acabe. Parecía un sueño que iba a durar 15 días, pero nosotros en la UCI no hemos parado en un año", ha añadido.

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