¿Volveremos a llevar mascarilla en la calle?

Varios expertos creen que el fin de la obligatoriedad ha sido precipitado, pero otros opinan que sólo un gran repunte forzaría el retorno de la protección

27 junio 2021 06:00 | Actualizado a 27 junio 2021 15:58
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España se ha quitado la mascarilla (solo en exteriores) hace unas horas y la sensación general oscila entre el alivio y la euforia, pero los especialistas y la situación de otros países invitan más bien a la prudencia. Israel, que ha servido como laboratorio de la pandemia por sus altas tasas de vacunación, ha dado ahora un paso atrás. El 15 de junio había suprimido la mascarilla tanto en interiores como en exteriores, pero ayer restableció la obligación de utilizar esta protección, aunque únicamente en lugares públicos cerrados, tras un repunte de contagios.

El ejemplo israelí, el cambio de tendencia en la curva española de los contagios, la expansión de la variante Delta y la posibilidad de una excesiva relajación abren una inquietante posibilidad: si todo va mal, ¿también aquí habrá que ponerse de nuevo la mascarilla?

Varios expertos e instituciones, como la Sociedad Española de Inmunología (SEI), no han tardado en mostrar sus reticencias y han tachado de prematura la decisión de suprimir la mascarilla. «La supresión de la obligatoriedad en exteriores es precipitada con solo el 30% de la población vacunada y la variante Delta al acecho», asegura la SEI, que pide que la medida sea «reversible» si se produce una oleada de nuevos contagios.

Una opinión similar sostiene Miguel Angel Martínez-González, catedrático de Salud Pública en la Universidad de Navarra y profesor visitante de la Universidad de Harvard. «No veo la normalidad hasta la primavera del 2022. Debemos seguir con mascarilla y plantearnos ser los últimos en abandonarla», considera este epidemiólogo. «Este verano de 2021 puede ser muy peligroso porque nos falta mucho para llegar a la inmunidad de grupo y la gente se va a relajar. No se les están enseñando los cadáveres, ni los funerales, ni se está escuchando a la asociación de víctimas ni se entrevista a familiares de fallecidos», subraya.

«Coyunturas muy graves»

Otros especialistas en salud pública, sin embargo, creen que el retorno a la mascarilla en exteriores sólo podría ocurrir ante una catástrofe que ahora mismo no parece probable. «El uso de mascarilla en exteriores es necesario en coyunturas muy graves, pero no en la situación actual, aunque sí es importante seguir manteniendo su uso en interiores hasta que la situación este controlada», afirma Usama Bilal, profesor en la Drexel University de Filadelfia (Estados Unidos).

«La obligatoriedad en exteriores fue controvertida desde el principio de la pandemia», explica Pedro Gullón, profesor de Medicina Preventiva en la Universidad de Alcalá de Henares. De hecho, la primera orden que obligaba al uso de la mascarilla, publicada en el BOE el 20 de mayo de 2020, ya fijaba excepciones en el exterior similares a las del decreto aprobado el jueves por el Gobierno, principalmente, la distancia de 2 metros (luego rebajada a 1,5).

«En la obligatoriedad del principio había un sentido pedagógico, que la gente no se la olvidara cuando estuviera en un interior, pero todo el mundo ya sabe cuándo debe utilizarla», señala Gullón, que pide, ahora también, insistir en la pedagogía: «Hay que reforzar el lenguaje y recordar dónde se debe llevar la mascarilla».

El virólogo Estanislao Nistal también cree que la sociedad ya conoce «dónde se encuentra el riesgo». «Las situaciones peligrosas se producen cuando la gente se reúne en espacios cerrados, no en la calle», apunta este profesor de Microbiología en la Universidad CEU San Pablo. Nistal argumenta que los estudios sobre la Covid-19 señalan que los contagios en exteriores representan, como mucho, el 3% de las infecciones totales.

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