Celdas individuales, bollería y bocadillos para pasar las horas

Ocho de los nueve detenidos este martes están en las celdas de la Comandancia de Tarragona. El noveno (no cabe en la capital), Antonio Foz, está en el cuartel de Salou

19 mayo 2017 22:57 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:27
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Teresa Gomis, Joan Mª Benet, Enric Agustí Farré, Lluís Nualart, José Augusto García, Luís Márquez, Miguel Ángel Puig y Carles Abelló llegaron escalonadamente a la Comandancia de la Guardia Civil en Tarragona. Antonio Foz Bosch, el último en comunicarle el arresto, fue derivado al cuartel de la Benemérita de Salou. Todos ellos, en calidad de detenidos, sabían que pasarían las próximas horas en celdas individuales a la espera de ser trasladados ante el magistrado del Juzgado Número 3 de Reus.
A todos ellos se les realizó por igual el mismo procedimiento: se les confiscaron, una vez dentro de la Comandancia o en el cuartel del Salou, todos los objetos personales que llevaran encima (carteras, relojes, pulseras, pendientes, anillos.... y el cinturón, si era el caso, para evitar situaciones imprevistas). Tras ello, se les condujo a la celda individual, provista de una cama y poco más. De hecho, si quieren ir al baño deben pedir permiso al guardia para que les acompañe al servicio.
El tiempo que pasen en ellas dependerá de la citación judicial para tomar declaración. La Ley establece que una persona detenida no puede estar más de 72 horas sin pasar a disposición judicial, pero el magistrado podría, en función de las circunstancias, prorrogar esta retención otras 72 horas. No se prevé que ello ocurra en esta pieza del caso Innova, aunque el volumen de documentación es realmente inmenso, reconocen fuentes de la investigación.
La cuenta atrás para tomar declaración empieza en el momento en que el agente de la Guardia Civil comunica la detención. Siete de ellos  (Teresa Gomis, Joan Mª Benet, Enric Agustí Farré, Lluís Nualart, José Augusto García, Luis Márquez y Miguel Ángel Puig) la recibieron al mediodía. Los otros dos –Carles Abelló y Antonio Foz– pasadas las siete.
A la espera del traslado, los nueve detenidos pasan las horas entre rejas. En ellas comerán bollería y zumos para el desayuno y bocadillos para el resto de comidas.
Situaciones excepcionales
Los acusados salen de sus celdas sólo para situaciones excepcionales. Por ejemplo, Joan Mª Benet acompañó a los agentes a Valls para estar presente en el último registro efectuado en su casa. Éste puso el punto y final al operativo, no a la investigación. A otro de los detenidos se le acompañó al médico porque requería una revisión y el resto sólo salió para ir al baño o bien para estar en contacto con sus abogados.
Fuentes de la investigación explicaron que la primera noche los nueve acusados la pasaron tranquilos, aunque no quisieron precisar más detalles de su estado de ánimo. Las celdas, dispuestas una al lado de otra, incomunica a los inquilinos y sólo podrían comunicarse a gritos, ya que el muro impide una conversación normal. Tampoco tienen contacto visual.
Teresa Gomis, Joan Mª Benet, Enric Agustí Farré, Lluís Nualart, José Augusto García, Luís Márquez, Miguel Ángel Puig y Carles Abelló llegaron escalonadamente a la Comandancia de la Guardia Civil en Tarragona. Antonio Foz Bosch, el último en comunicarle el arresto, fue derivado al cuartel de la Benemérita de Salou. Todos ellos, en calidad de detenidos, sabían que pasarían las próximas horas en celdas individuales a la espera de ser trasladados ante el magistrado del Juzgado Número 3 de Reus.

A todos ellos se les realizó por igual el mismo procedimiento: se les confiscaron, una vez dentro de la Comandancia o en el cuartel del Salou, todos los objetos personales que llevaran encima (carteras, relojes, pulseras, pendientes, anillos.... y el cinturón, si era el caso, para evitar situaciones imprevistas). Tras ello, se les condujo a la celda individual, provista de una cama y poco más. De hecho, si quieren ir al baño deben pedir permiso al guardia para que les acompañe al servicio.

El tiempo que pasen en ellas dependerá de la citación judicial para tomar declaración. La Ley establece que una persona detenida no puede estar más de 72 horas sin pasar a disposición judicial, pero el magistrado podría, en función de las circunstancias, prorrogar esta retención otras 72 horas. No se prevé que ello ocurra en esta pieza del caso Innova, aunque el volumen de documentación es realmente inmenso, reconocen fuentes de la investigación.

La cuenta atrás para tomar declaración empieza en el momento en que el agente de la Guardia Civil comunica la detención. Siete de ellos (Teresa Gomis, Joan Mª Benet, Enric Agustí Farré, Lluís Nualart, José Augusto García, Luis Márquez y Miguel Ángel Puig) la recibieron al mediodía. Los otros dos –Carles Abelló y Antonio Foz– pasadas las siete.

A la espera del traslado, los nueve detenidos pasan las horas entre rejas. En ellas comerán bollería y zumos para el desayuno y bocadillos para el resto de comidas.

Situaciones excepcionales

Los acusados salen de sus celdas sólo para situaciones excepcionales. Por ejemplo, Joan Mª Benet acompañó a los agentes a Valls para estar presente en el último registro efectuado en su casa. Éste puso el punto y final al operativo, no a la investigación. A otro de los detenidos se le acompañó al médico porque requería una revisión y el resto sólo salió para ir al baño o bien para estar en contacto con sus abogados.

Fuentes de la investigación explicaron que la primera noche los nueve acusados la pasaron tranquilos, aunque no quisieron precisar más detalles de su estado de ánimo. Las celdas, dispuestas una al lado de otra, incomunica a los inquilinos y sólo podrían comunicarse a gritos, ya que el muro impide una conversación normal. Tampoco tienen contacto visual.

 

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