El Govern, dispuesto a impulsar la reforma horaria este verano

La Iniciativa per a la Reforma Horària trabaja para que en 2016 se hayan aplicado medidas que nos acerquen a los hábitos europeos. Pelea por la conciliación y el cambio de huso horario

19 mayo 2017 22:59 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:26
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‘Ara és l’hora’, el lema soberanista, sirve también para reivindicar la reforma horaria, una campaña a nivel catalán que está ganando adeptos y que pretende lograr tres objetivos: recuperar las dos horas de desfase horario en relación al resto del mundo, impulsar una nueva cultura del tiempo en las organizaciones a favor de modelos más eficientes y recuperar el huso horario GMT que corresponde por situación geográfica, esto es, atrasar una hora los relojes para que Catalunya (y, en extensión, España) se rija por la hora de Londres y repare una incongruencia que dura ya 73 años, cuando en 1942 el país abandonó el horario que le toca, el mismo que Portugal, para alinearse con el de Europa central.

La plataforma viene de recibir un espaldarazo decisivo del Govern. El conseller de Presidència y portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, ha indicado recientemente que va «llegando la hora de orientar» las decisiones de la reforma horaria. El Govern se compromete antes de julio a «incorporar propuestas en forma de pacto para llevar a cabo acuerdos sectoriales y convenios y poder actuar a corto plazo».

 

Objetivos ‘alcanzables’

El conseller calificó los objetivos de alcanzables y dijo que que hay que empezar a cambiar la legislación. «Hay un gran consenso de que hace falta cambiar las cosas pero nadie se atreve a dar el primer paso. Hay que pasar del horario franquista irracional al horario democrático racional», afirmó. Ese posicionamiento refrenda también la lucha perserverante desde hace años del reusense Ignacio Buqueras, que a nivel estatal batalla por las mismas ideas al frente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles. También esa entidad encontró apoyo en un informe aprobado en 2013 en la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados que, sin embargo, no pasó de ahí, a pesar de que admitía las consecuencias del horario actual: jornadas de trabajo maratonianas, baja productividad laboral, comidas y cenas tardías respecto al resto de Europa y, en suma, menos tiempo para la vida personal y el descanso y obstáculos para la conciliación.

Profesores, psicólogos, filósofos, médicos o sociólogos forman parte de un grupo promotor entregado a la didáctica, la concienciación y el diálogo constante con administración pública, partidos políticos y entidades de todo tipo, incluidas algunas tarraconenses. «En casi toda Europa, el horario laboral es de 9 a 17 h, parando un máximo de una hora para comer a mitad de la jornada. En el Estado español y, por tanto, en Catalunya, es habitual que los trabajadores se paren dos horas para comer y que sus jornadas se alarguen hasta las 19 h. o las 20 horas», sostiene la plataforma.

«La respuesta está siendo muy buena. Estamos avanzando según lo previsto para que de cara a la próxima legislatura los partidos puedan articular sus propuestas. Todo el mundo ve con buenos ojos el planteamiento», cuenta el promotor, Fabian Mohedano, que expone algunos logros: «El Corte Inglés, por ejemplo, abre media hora antes en Catalunya. Estrella Damm ha adelantado la hora de la comida a las 13 horas. Cadenas como 8TV y TV-3 no practican una segunda franja de prime time con programas a las 2 de la mañana. En el 40% de empresas ya se come a la una. Aquí también tenemos unos horarios del comercio con más limitaciones. Barcelona es muy distinta a Madrid, estamos más avanzados en eso».

 

Los ayuntamientos, clave

Tal es la aceptación de estas propuestas que otro de los desafíos es incluirlas dentro de las campañas electorales de las municipales. «Entre 80.000 y 100.000 personas trabajan en los ayuntamientos catalanes y pueden ser un acelerador clave para la reforma horaria», sostiene la entidad. Algunos consistorios, además de la Federació de Municipis y la Associació Catalana de Municipios, ya se han adherido.

Entre las propuestas concretas, se contempla impulsar el teletrabajo y la compactación de las horas, asegurar que no se produce un alargamiento de la jornada más allá de las 18.00 horas (racionalizando las reuniones) o establecer una norma que no permita enviar mensajes de correo electrónico y mensajería instantánea más allá de las seis de la tarde.

Entre otras medidas, se baraja adecuar la agenda política de todos los cargos electos y equipos directivos al nuevo marco horario y una propuesta clave: ajustar el horario de todas aquellas personas al servicio del ayuntamiento que sea posible a partir del adelantamiento de la pausa general para comer de 13 a 14 h. (ahora es de 14 a 15 o de 15 a 16 h.).

Mohedano cree que hay que trabajar para lograr consenso. «No tenemos que pensar en que es algo generalizado para todos. No imponemos nada, sólo queremos que se flexibilice el horario, que haya más franja para poder organizarse como uno quiera», indica. Algunas medidas se podrían articular a través de leyes. «La ley del tabaco es un buen ejemplo. Gracias a una regulación así se consiguió un cambio de hábitos», cuenta. La propuesta, vista con buenos ojos por muchos sectores, puede tener frenos o reticencias. «Hemos visto que ningún sector quiere ser el primero, nadie quiere dar ese paso. Tampoco lo ve claro el mundo de la restauración. Un bar puede empezar a trabajar a las 12 horas y acabar a las 0.00. Hay que hacer un plan de reconversión para que abran menos horas, pero que ellos puedan suplir eso con servicios de catering a las empresas, o con el take away de la comida. Eso en Europa funciona», indica Mohedano, el principal impulsor de esta iniciativa que se muestra optimista con el reto: «Hay una nueva generación, que ha viajado, que ha salido, y que ve que aquí estos horarios no son racionales».

En el caso catalán, lo principal es implementar todas estas medidas, si pueden ser combinadas con el cambio del huso horario, alineándose con Londres o, sin ir más lejos, las Canarias. «De todos nuestros frentes, en el que menos energías ponemos es el del cambio de hora. Es una competencia estatal. Además, en Francia, por ejemplo, no tienen el huso horario que les toca pero comen a las 12 h. y cenan a las 18 horas», sentencia Mohedano.

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