Honestidad y realismo, el camino hacia la meta en los propósitos de Año Nuevo

«Con el Año Nuevo, psicológicamente vemos un nuevo ciclo que comienza. Es un momento idóneo para hacer balance, ver qué no ha ido tan bien como quisiéramos, y lo más importante: qué podemos hacer nosotros para que, en lugar de instalarnos en la queja, cambiar aquello que nos parece mejorable de una manera productiva». Este es el razonamiento de la psicóloga Olivia Sacristán (www.oliviasacristan.com) para explicar por qué con el Año Nuevo muchas personas se ‘agobian’ con los nuevos propósitos. 
Además, el miedo al fracaso está presente desde el principio. «El principal motivo del abandono de los propósitos de Año Nuevo es la falta de realismo. Solo el 32% de éstos se cumplen a final de enero, imaginemos donde habrán quedado en verano, otro momento ideal para fijarse objetivos», explica Sacristán.

Olivia Sacristán, psicóloga: «Debemos visualizar a dónde queremos llegar, y planificar cómo, cuándo y dónde haremos que esto suceda.

Aconseja «establecer objetivos que realmente queramos cumplir. Si somos totalmente sedentarios y nos proponemos hacer deporte cada día, podemos verlo tan lejos de nuestras posibilidades que abandonaremos a la primera oportunidad» y añade que « tampoco debemos sentirnos obligados a cambiar, porque quizá no sea el momento, quizá lo hacemos movidos por amistades u obligaciones externas, lo que dificultará el convertir los propósitos en rutina». 

La clave, según la psicóloga, está en preguntarse si fuera totalmente libre, ¿Qué cambiaría en mi vida?, ¿Qué haría diferente?, ¿Qué relaciones no mantendría y cuáles cuidaría más?, ¿Qué tipo de vida llevaría? «Este enfoque sería el más acertado porque te llevaría a lo que tú realmente quieres, a conectar contigo, en lugar de dejarte llevar por las expectativas de otros», afirma Olivia Sacristán. 
Cuando se trata de ponerse en forma, la psicóloga aconseja «desarrollar nuestra táctica, sabiendo que los antiguos hábitos lucharán por mantenerse y boicotearán los nuevos propósitos». «Debemos visualizar a dónde queremos llegar, y planificar cómo, cuándo y dónde haremos que esto suceda. Si decidimos al aire libre, debemos saber que quizá nos llame un amigo para tomar un café, lo que nos apetecerá más. Tener previstas las contingencias facilitará la automatización, el hábito, sin gastar energía mental», asegura Olivia Sacristán.