'Noche en el museo 3', un pasatiempo entretenido para cerrar la saga

El filme, que cuenta con una de las últimas apariciones de Robin Williams, está pensado para los más fans de la trilogía. Lo mejor son algunos gags y sus cameos

19 mayo 2017 23:51 | Actualizado a 20 mayo 2017 21:42
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La Navidad cinematográfica está pensada para uso y disfrute de pequeños y mayores. Nada mejor que acudir a un entretenimiento en plenas fiestas, entre comilona y comilona, para hacer una buena digestión mientras se aprovecha el tiempo libre en familia.-

Y este es el caso del estreno en familia de esta semana.

La fórmula de ‘Noche en el museo’ ha funcionado en las dos primeras ocasiones y vuelve a hacerlo en esta tercera entrega. Pero esta vez ha llegado el momento de poner el punto y final a una saga curiosa, entretenida y repleta de aventuras, ubicada en un espacio físico tan grande como un museo.

Conocido reparto

De este recinto de cultura se pueden esperar muchas e interesantes cosas. Lo que parece imposible es lo que ocurre cuando cierra sus puertas. Y, nuevamente, las estatuas, piezas y personajes del museo vuelven a la vida en ‘Noche en el museo 3: el secreto del faraón’, que dirige otra vez Shawn Levy y que vuelve a contar con un reparto muy conocido (Ben Stiller, Ricky Gervais, Owen Wilson...) cuyo principal aliciente es ver uno de los últimos papeles del fallecido Robin Williams.

Tampoco la saga da ya para más y este cierre sirve para exprimir algunos buenos gags visuales, cameos entretenidos y algunos buenos chistes. Ciertamente, está pensada para los más fans de esta trilogía, que disfrutarán de acción a raudales, acompañados de buenos momentos cómicos.

La primera entrega, ‘Noche en el museo’ (2006), recaudó más de 570 millones de dólares en todo el mundo, mientras que su secuela, ‘Noche en el museo 2’ (2009) superó los 400 millones.

Con ese adiós a ‘Noche en el museo’, damos también un ‘hasta siempre a Robin Williams’, cuyo trabajo quedó interrumpido por su trágica muerte. El equipo de producción tuvo que recomponer lo filmado para lograr dar el contenido a la idea que estaba marcada en el guión. Williams retoma el papel de Theodore Roosevelt, al que le impregnó de su magia personal.

Esta vez el museo es londinense (el Museo Británico) y a él acuden un sinfín de personajes a cada cual más curiosos además de los ya habituales. Se trata de una aventura familiar intrascendente con algún trucaje visual resultón y que, sin tampoco más pretensiones que no aburrir excesivamente, logra que pasemos hora y media siguiendo las evoluciones de la ‘historia’ en esta alocada historia.

La particular galería de locos personajes del museo se embarca en esta ocasión en una aventura en la que el vigilante Larry deberá afrontar la misión de salvar la magia antes de que desaparezca para siempre.

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