Deshielo

Sánchez salva sin más cesiones la cita con Torra y acuerda reunir este mes la mesa de diálogo. El presidente del Gobierno y el de la Generalitat estarán al menos en la primera convocatoria

07 febrero 2020 08:55 | Actualizado a 10 febrero 2020 12:57
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Pedro Sánchez salió ayer satisfecho, casi ufano, de su cita con Quim Torra en el Palau de la Generalitat. «Hoy es el día en el que, a juicio del Gobierno de España -proclamó- tiene que comenzar el diálogo para el reencuentro». Los prolegómenos de la reunión no resultaban del todo alentadores. 

En los últimos días, el presidente catalán había dejado claro que mantendría alto el listón de sus exigencias -derecho de autodeterminación y amnistía para los condenados del ‘procés’- y en ERC llegaron a temer que aprovechara la ocasión para reventar la mesa de negociación que ellos pactaron a cambio de la investidura del líder socialista. Creían que podía tratar de dejarlos en evidencia ante un electorado por el que ambos compiten. Pero no fue así.

La reunión, de cerca de hora y media de duración, no arrojó -como ya se había encargado de anticipar el martes la portavoz gubernamental, María Jesús Montero- grandes resultados. Sánchez llevó consigo un documento de 44 puntos, en su mayoría ajenos a la cuestión territorial, que, según dijo, recoge peticiones realizadas en los últimos diez años por los sucesivos presidentes de la Generalitat en materia económica, social y competencial, y sobre el que, a decir de Torra, ni siquiera llegaron a discutir. 
El gobernante autonómico, por su parte, dejó claro su nulo interés en abordar traspasos, inversiones o reformas del sistema de financiación. «Estamos hablando de soberanías, de un pueblo que debe decidir su futuro libremente», dijo. Y sin embargo, uno y otro concluyeron que la relación ha de seguir.

Ese fue, de hecho, el principal resultado de la cita: el compromiso mutuo de constituir ya este mes la mesa de diálogo que pactó ERC y que, de algún modo, Torra, que se prepara para convocar elecciones en el momento que mejor convenga a su formación, busca capitalizar ahora. Aunque no hay aún fecha ni orden del día, Sánchez anunció que su intención es encabezar la delegación del Gobierno al menos en el primer encuentro. Y el presidente de la Generalitat, pendiente de que el Tribunal Supremo decida sobre su inhabilitación en los próximos meses, defendió que ambos deberían liderar las conversaciones de manera permanente porque son «quienes representan en este momento a España y a Catalunya». 

No hubo necesidad de que Sánchez anunciara o siquiera insinuara cesión alguna, más allá de afirmar que «el diálogo dentro de la ley» es imprescindible pero que «la ley por sí sola tampoco basta». El propio Torra aseguró que el Gobierno «no se mueve del autogobierno dentro de la Constitución» y aunque quiso ver en su asunción de que el camino «va a ser largo y complejo» una cierta disposición a abordar el derecho de autodeterminación, admitió que hoy no lo hizo y se quejó de no saber cuál es exactamente la propuesta del Gobierno para dar salida a la crisis catalana.

Ros y Pacheco trasladan al presidente español su «preocupación» por el accidente de Iqoxe

En su comparecencia ante los medios, el jefe del Ejecutivo rechazó abiertamente la idea de designar a un mediador internacional. «Este va a ser un diálogo franco y transparente en el que el mediador van a ser los 47 millones de ciudadanos españoles», dijo. Además, apostó por el autonomismo como la fórmula que «aglutina a más catalanes y representa mejor la pluralidad y el sentimiento de la sociedad». Y se defendió de las críticas de PP, Ciudadanos y Vox con un «aquellos que tenemos principios firmes no tenemos miedo a hablar de nada».

Los socialistas son conscientes de que con quienes necesitan hacer gestos es con los republicanos de Oriol Junqueras, en los que confían para, entre otras cosas, sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado y mantener a flote la legislatura.
La portavoz de ERC, Marta Vilalta, avanzó que Esquerra evitará obstáculos que dificulten el funcionamiento de la mesa de negociación y dijo que le da igual si hay o no un mediador.

La diputada de JxCat Gemma Geis reclamó que haya una «mediación internacional» en la mesa de diálogo entre el gobierno español y el catalán a fin de tener garantías de que se cumplen los acuerdos que se alcancen.

Preocupados por la química

Sánchez también se reunió con el presidente de Pimec, Josep González, y con los secretarios generales de UGT y CCOO de Catalunya, Camil Ros y Javier Pacheco. Ros y Pacheco pidieron la ayuda del Gobierno para buscar una alternativa industrial a las planta de Nissan en Barcelona, de la que dependen 25.000 familias, y le trasladaron también la necesidad de garantizar que no se vuelvan a producir accidentes como el de Iqoxe en la petroquímica de Tarragona.

El presidente de Pimec, Josep González, defendió por su parte que los nuevos Presupuestos Generales del Estado cuenten con el apoyo de los partidos catalanes.

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