El CNI siempre tuvo geolocalizado el coche de Carles Puigdemont

Fue seguido por los servicios secretos en su viaje de ida y vuelta a Finlandia

27 marzo 2018 08:00 | Actualizado a 27 marzo 2018 08:02
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La fase final de la operación de captura de Carles Puigdemont comenzó a gestarse el viernes por la mañana, unas horas antes, incluso, de que el juez Pablo Llarena reactivara la orden de captura. Los especialistas del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) supieron que el final de la fuga de Puigdemont podía estar muy cerca cuando las ‘antenas’ de los servicios secretos desplazadas a Finlandia la semana pasada informaron a Madrid de que el exjefe del Ejecutivo continuaba en Helsinki a última hora de la mañana del viernes.

Puigdemont había cometido un error de cálculo que le iba a costar su detención, pero los agentes tenían que maniobrar muy rápido. En cuestión de minutos, la División de Cooperación Internacional de la Policía Nacional registró en Sirene (la base de datos de reclamados europeos) la orden europea de detención (OED) de Puigdemont. A primera hora de la tarde del viernes, la euforia se apoderó de los servicios secretos. La OED estaba ya activa, Puigdemont seguía en Finlandia y si el huido no quería arriesgarse a ser detenido de inmediato en el aeropuerto de Helsinki iba a tener que volver por carretera. Y lo que era más importante, si regresaba a Bélgica por tierra implicaba que en algún momento iba a tener que pisar suelo de Alemania o Francia, dos países con los que España mantiene excelentes relaciones de cooperación judicial.

El CNI terminó de prepararlo todo el viernes por la tarde. Puigdemont solo tenía tres posibilidades y las tres, han revelado fuentes del operativo, o fueron «cubiertas» por los servicios secretos: volver a Waterloo pasando por Suecia, Dinamarca y Alemania (lo que finalmente hizo); intentar la ruta, mucho más larga, de los países bálticos para llegar a Alemania; o incluso seguir circulando por centro Europa para entrar por Francia. 

En cualquier caso, tenía que pasar por territorio germano o galo. Los servicios secretos de ambos países fueron prevenidos.

Pero había todavía mejores noticias en la sede de los servicios secretos. Los agentes desplegados desde noviembre en Bruselas y Waterloo informaron a la central del CNI que a primera hora de la mañana del viernes la ‘Renault Espace’ con matrícula belga 1KKN586 había abandonado el país y que se dirigía aparentemente a Suecia. Ese vehículo estaba ya balizado con un sistema de geolocalización. Pero no solo, la ‘Renault Espace’ estaba siendo seguida de cerca físicamente por parte de la docena de agentes del CNI, aunque los agentes de los servicios de inteligencia no descartaron que el viaje a Escandinavia de la monovolumen no fuera más que un cebo para distraer a los operativos.

El sábado, la ‘Renault Espace’ ya estaba en Suecia. Los agentes creen que fue allí donde la comitiva del expresidente recogió a Puigdemont el mismo sábado para emprender de inmediato el camino de vuelta.

El sábado por la tarde, el CNI ya confirmó a sus colegas del Servicio Federal de Inteligencia alemán de la inminente entrada en su territorio de Puigdemont. De forma paralela, la Policía Nacional comunicó a la policía federal el momento exacto y el lugar por donde iba a acceder el vehículo, la frontera de Ellund. Las autoridades alemanas decidieron que sería la Policía Criminal del Estado de Shclewsig Holstein la que practicaría la detención. A las 11:25 horas del domingo, un mail entró en la Unidad Oficina Sirene de la División de Cooperación Internacional en Madrid procedente de Berlín, que informaba que a las 11:17 horas Puigdemont había sido detenido en «la estación de servicio de la autopista, cerca de la localidad de Jagel» mientras circulaba en el vehículo junto a otras cuatro personas. 

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