El ataque en Cornellà reaviva el fantasma del yihadismo en Catalunya tras un año del 17-A

Un hombre fue abatido por una agente tras intentar asaltar una comisaría. Los Mossos apuntan al «atentado» aunque el autor no tenía antecedentes y sufría problemas familiares 

21 agosto 2018 08:22 | Actualizado a 21 agosto 2018 08:29
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Un año y tres días después de los atentados de Las Ramblas y Cambrils, Catalunya se levantó ayer con el miedo a un nuevo ataque yihadista. Un argelino de 29 años irrumpió en la comisaría de Cornellà de Llobregat (a solo una docena de kilómetros del centro de Barcelona) al grito de «Allahu Akbar» (Alá es el más grande) e intentó agredir con un cuchillo de grandes dimensiones a una agente de los Mossos d’Esquadra, quien le disparo hasta matarle. La policía autonómica no dudó en apuntar «sí o sí» a que se trata de un «atentado terrorista», aunque el fallecido era un auténtico desconocido para las fuerzas antiterroristas y pasaba por recientes problemas con su pareja.

Los hechos tuvieron lugar a las 5:52 de la mañana en la comisaría de los Mossos de la calle Travessera. Según el relato del jefe de la Comisaría Superior de Coordinación Central del cuerpo, Rafel Comes, Abdelouahab Taib (nacido en abril de 1989, vecino de Cornellà, con residencia legal en España y con NIE desde hace años), se personó ante el edificio policial, cerrado. Taib llamó al interfono, que fue respondido por la mossa de guardia, que le indicó que la comisaría no abriría hasta horas después. El argelino alegó que necesitaba hacer una «consulta urgente» y ante la insistencia la funcionaria le flanqueó el paso al interior, al tiempo que habría abandonado la «pecera», el espacio acristalado de la sala de guardia.

El Ministerio, como resultado de la Mesa de Valoración de la Amenaza Terrorista, ha decidido mantener el nivel 4 reforzado de la alerta, que permanece desde junio de 2015. 

Fue entonces cuando el individuo sacó un cuchillo de «dimensiones considerables», en palabras de Comes, al tiempo que trató de abalanzarse sobre la policía con «voluntad homicida de matar al agente». La mossa respondió disparándole con su arma.

El agresor, además de gritar «Allahu Akbar», lanzó otras proclamas en árabe que la mossa no pudo identificar, señaló Comes, quien no quiso precisar cuántos disparos realizó la funcionaria ni donde resultó alcanzado el agresor y si la agente, que resulto ilesa en el incidente, llegó a tener contacto físico con el argelino. Instantes después, al menos un sargento del cuerpo, al mando de la comisaría en esos momentos, acudió en ayuda de su compañera, aunque ya el agresor yacía muerto.

El presidente del PP, Pablo Casado, anunció que hoy solicitará formalmente la convocatoria del pacto contra el terrorismo yihadista para analizar el «atentado frustrado». 

Los efectivos del SEM no pudieron hacer nada por salvar la vida del argelino, que, aparentemente, falleció en el acto. Los paramédicos y los servicios psicológicos del cuerpos asistieron a la policía, en shock tras abatir a Taib.

Coordinación en marcha
Hasta el recinto policial se trasladaron unidades antiterroristas de la Comisaría de Información de los Mossos, además de altos mandos del cuerpo autonómico, como  el director de los Mossos, Andreu Martínez, y el jefe de la institución, Miquel Esquius.             

De inmediato la sala de coordinación de los Mossos avisó del incidente a todas las comisarías del cuerpo, comisarías locales y a los enlaces de Interior. De forma simultánea, la Jefatura de Mossos emitió un aviso interno en el que ordenó reforzar la seguridad en los accesos a todas las comisarías, así como las medidas de autoprotección de los agentes, ante el temor de que pudieran sucederse sucesos similares.

Abdelouahab Taib no figura en ninguna de las bases policiales sobre radicales de Mossos, fuerzas de Seguridad de Estado, Citco o CNI, tal y como informaron diversas fuentes de la seguridad del Estado. Según explicó ya durante la tarde el consejero de Interior, Miquel Buch, Taib sería una suerte de ‘lobo solitario’ sin relaciones con otros terroristas o células, por loque el ataque habría sido un «hecho aislado».

El argelino había comenzado los trámites de separación de su mujer, Luci (una española de 40 años trabajadora de hostelería) hace solo una semana. Ambos, con dos hijas de ella procedente de una anterior relación, vivían en un bajo en la calle del Garraf, número 6, de Cornellà, en el popular barrio de Gavarra, a solo dos minutos a pie de la comisaría.            

DECLARACIÓN DE LA MUJER

La mujer del atacante de Cornellà de Llobregat explicó que él quería suicidarse por ser homosexual al temer que por eso no le aceptara la comunidad musulmana, según informaron a Europa Press fuentes cercanas al caso.  Según avanzó la Cadena Ser, ella tiene esta impresión y explicó a los investigadores que su marido le había dicho varias veces que pretendía suicidarse.
La mujer supo hace uno año que él era gay y así lo admitió él, lo que acabó llevando a que empezaran a tramitar la separación entre ambos, que además se habían casado para que él pudiera residir en España, según la Cadena Ser. La emisora también informó de que la mujer declaró que quizá el atacante ha atentado contra la comisaría para camuflar su suicidio, consciente de que podían abatirlo. 

Esa vivienda fue registrada por agentes de los Grupos Especiales de Intervención (GEI), de los Tedax, de la Policía Científica  y de los servicios antiterroristas de los Mossos en busca de pistas sobre el ataque. La mujer del fallecido, convertida al islam desde hace un años, fue interrogada.

El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, a petición de la Fiscalía, se hizo cargo de la investigación, al considerar que hay «indicios suficientes» de que se trata de un delito de «carácter terrorista».

Mossos: objetivo terrorista
Los Mossos d’Esquadra han sido objetivo reciente de amenazas por parte de grupos yihadistas en redes sociales. Los propios terroristas de Las Ramblas y Cambrils, en los vídeos que grabaron antes de su muerte, lanzaron insultos a los agentes autonómicos.

Esta vez sí hubo coordinación                    
La Generalitat y el Gobierno central hicieron ayer todo lo posible por sacudirse las críticas de falta de coordinación  surgidas tras los atentados de hace un año.            

Los Mossos, solo minutos después del ataque, alertaron al Citco, además de a los servicios antiterroristas de la Policía y la Guardia Civil. Desde la policía autonómica también se contactó de inmediato con el CNI. 
 El gesto desde Barcelona fue respondido por el Ejecutivo central ofreciendo, a través de la Delegación del Gobierno, la ayuda de los especialistas de Interior.      

Desde primera hora de la mañana, Grande-Marlaska estuvo en contacto directo con el consejero de Interior catalán, Miquel Buch, al que reiteró los ofrecimientos de colaboración, que también hizo el director de la Policía, Francisco Pardo, al director de los Mossos, Andreu Martínez. Los Mossos invitaron a las fuerzas de seguridad del Estado a las dos reuniones operativas, la última (el Gabinete de Coordinación Antiterrorista) presidida por Quim Torra. 

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