El crecimiento del PIB en Catalunya se mantiene pese a la zozobra política

Hasta ahora no se ha producido la anunciada  y temida huida de empresas sino que se ha fortalecido la presencia de grandes compañías. Amazon ha anunciado un centro de I+D en BCN

25 septiembre 2017 09:24 | Actualizado a 25 septiembre 2017 09:38
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La economía catalana crece y permanece a salvo de las zozobras que sacuden la política. Los bajos precios del petróleo, la política de tipos cero del Banco Central Europeo y el ímpetu exportador del empresariado hacen que los vientos sean favorables a la autonomía más potente de España en términos económicos. Catalunya supone la quinta parte de la riqueza estatal. Si se escindiera del mapa, España dejaría de contar con un 19% del PIB, el que aporta la comunidad con aspiraciones independentistas. 

Los catalanes descuellan por su capacidad exportadora: el 26% de los bienes que vende el país proceden del territorio que ha puesto de moda la palabra ‘desconexión’. De todas esas exportaciones, el 54%, se hacen con cargo a las grandes empresas.

Pese al clima de incertidumbre política, las cuentas catalanas resisten. En el primer semestre del año el crecimiento batió al alza las expectativas. Las estimaciones del servicio de estudios del BBVA revelan que el PIB se incrementó en un 0,8% en el primer trimestre, y que podría haberse acelerado hasta el 0,9% en el segundo. Por su parte, el empleo habría crecido a un ritmo superior al 1% en ambos trimestres. Durante la crisis, las empresas hicieron de la necesidad virtud y aprovecharon la coyuntura para conquistar nuevos mercados.

Al igual que en el resto del Estado,  la gran recesión ha incrementado la desigualdad

Esta buena evolución no es flor de un día. La actual inestabilidad política no perturba el crecimiento del PIB en Catalunya, que crece por encima de la media nacional. 

El último dato correspondiente a la Encuesta de Población Activa confirma una tendencia que data ya de 2011. La tasa de paro en España fue del 17,22% de la población activa, mientras que la de Catalunya era del 13,20%.

La prima de riesgo, estable

Tampoco los mercados han reaccionado negativamente a los planes secesionistas del Govern, de modo que la prima de riesgo no se ha disparado. Hasta ahora no se ha producido la anunciada  y temida huida de empresas. Es más, se ha fortalecido la presencia de grandes compañías. Amazon, por ejemplo, ha anunciado que pronto abrirá un centro de I+D en Barcelona.

El agujero social

De cumplirse los pronósticos del BBVA, Catalunya continuará por la senda del crecimiento, que este año se elevará al 3,3% y en 2018 al 2,8%, cifras que permitirán crear 230.000 puestos de trabajo. Sin embargo, no se puede decir que, en lo social, Catalunya vaya bien. Como ocurre en el resto de España, la gran recesión ha incrementado la desigualdad. Así, entre 2008 y 2016, las rentas del trabajo descendieron del 50% al 46%, mientras que las del capital subieron del 42% al 45%. Datos que demuestran que los ciudadanos más pudientes han salido fortalecidos por la crisis, a diferencia del resto.

Toda esa bonanza se debe en buena medida al gasto público. No se olvide que Catalunya y el País Vasco son los territorios que más han visto crecer la inversión de titularidad pública, o donde menos se ha recortado, según se mire.  

Hay una paradoja en todo el debate. Se habla de una hipotética independencia pero resulta que el Estado español posee un 66% de la deuda generada por la Generalitat, según un informe del Banco de España dado a conocer recientemente. Ello significa que el Govern ha cuadriplicado desde 2012 su dependencia de la financiación estatal. Así, Catalunya terminó 2016 con una deuda de 75.098 millones, de los que 50.037 corresponden a préstamos del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y otros instrumentos del Estado.

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