El peso del pasado (o no)

La historia. Hace 78 años la Alemania nazi extraditó a Companys, otro president «huido» de España. Fue fusilado por el delito de rebelión, el mismo por el que se procesa a Puigdemont

27 marzo 2018 08:21 | Actualizado a 27 marzo 2018 08:25
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La Alemania de Angela Merkel de 2018 no es la de Adolf Hitler de 1940. Ni la España de M. Rajoy es la de Franco. Ni mucho menos. Hecha tal obvia aclaración, el destino ha provocado una coincidencia histórica. Sólo histórica, pero al menos, histórica.
El president de la Generalitat cesado por el artículo 155 de la Constitución fue detenido anteayer por la policía alemana. Los germanos contaron con la ayuda de los servicios de inteligencia españoles, el CNI, que habían desplegado un importante dispositivo en Finlandia. Puigdemont se había marchado de España (fugado, según el españolismo, o exiliado, según el independentismo) cinco meses antes. 

«Hizo propaganda de todas clases y mantuvo relaciones políticas con otros huidos»

El 5 de febrero de 1939, el president de la Generalitat, Lluís Companys, marchó a Francia. La República había perdido la guerra. Companys se instaló en París. Meses más tarde, estalló la II Guerra Mundial y la Alemania nazi invadió Francia. La Gestapo detuvo el 13 de agosto de 1940 a Companys. En su arresto, fue fundamental la colaboración de los servicios secretos franquistas, concretamente de Pedro Urraca, apodado el ‘cazarojos’. En la caída de Puigdemont el CNI fue clave.

La policía nazi alemana entregó a Companys el 29 de agosto de 1940. Un tribunal militar franquista le juzgó y condenó a muerte por el delito de rebelión. Fue ejecutado el 15 de octubre de 1940 en Barcelona. La sentencia consideró probado que «huido a Francia el procesado (...) continuó usando el título de Presidente de la Generalidad, haciendo propaganda de todas clases y manteniendo relaciones políticas con otros huidos con el fin de entorpecer al Gobierno Nacional». 

«Le condenamos a pena de muerte por el delito de rebelión militar»
Sentencia contra Companys (1940)

«Huido»... «Mantuvo relaciones políticas con otros huidos»... «Entorpecer al Gobierno Nacional»...  Términos que cualquier defensor de la legalidad española aplicaría sin dudar a Puigdemont.

El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha procesado a Puigdemont por rebelión. El artículo 472 del Código Penal establece que «son reos del delito de rebelión los que se alzaren violenta y públicamente». 

Para justificar la violencia, Llarena defiende que Puigdemont y los demás líderes del procés «siempre hubieron de representarse que el proceso terminaría recurriendo a la utilización instrumental de la fuerza». Llarena asegura también que los encausados «se representaron que el fanatismo violento de muchos de sus seguidores había de desatarse».

«Declaro procesados por presuntos delitos de rebelión a Puigdemont, Junqueras...»
Auto del juez llarena (2018)

Los jueces que condenaron a muerte a Companys resaltaron «las circunstancias agravantes de trascendencia del delito y el daño causado con relación al servicio a los intereses del Estado». Llarena apunta que Puigdemont y compañía lanzaron «un ataque al Estado Constitucional que (...) integra una gravedad y persistencia inusitada y sin parangón». 

Companys, 1940. Puigdemont, 2018. Dos expresidents detenidos por Alemania y procesados por rebelión. ¿Pesará la sólo histórica coincidencia en el ánimo de la Justicia alemana? Quién sabe. Lo que conviene recordar es la nada velada amenaza que lanzó el vicesecretario de Comunicación del Partido Popular, Pablo Casado, a Puigdemont en octubre del año pasado: «No declare la independencia, porque quizás quien la declare acabará como quien la declaró hace 83 años». 

Comentarios
Multimedia Diari