'El referéndum no se va a celebrar'

Entrevista a Josep Antoni Duran Lleida, ex líder de Unió Democràtica de Catalunya

19 mayo 2017 15:38 | Actualizado a 23 mayo 2017 09:23
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Josep Antoni Duran Lleida (Alcampell, Franja de Ponent, 1952). Tras abandonar la política acaba de publicar el libro ‘Un pa com unes hòsties’, editado por su antiguo colaborador, Fèlix Riera, en el que refleja que sus predicciones políticas se han cumplido. Duran, en la entrevista con el Diari, afirma tajante que no volverá a la política. «Hay que saber entrar y salir de la política y yo estoy fuera. He salido ya», afirma categórico.

- Puigdemont convocará el referéndum, el Gobierno lo impedirá y se convocarán elecciones autonómicas anticipadas. ¿Es lo que sucederá?

- Ese es mi pronostico, pero lógicamente no tengo la bola de cristal. Ahora bien, empecinarse en un referéndum que no se va a celebrar no deja de ser una huida hacia adelante. Así estamos desde hace 18 meses y con el Gobierno del PP sin presentar una alternativa política.

 

- ¿Las elecciones anticipadas sacarán a Catalunya del atolladero en el que encuentra?

- Tardaremos. Pero se ha perdido tanto tiempo que no nos vendrá de perder algunos meses más. De hecho unos y otros juegan con el tiempo. Rajoy cree que tiene todo el tiempo del mundo y que este lo arregla todo, pero no es así. Y el independentismo no sabe cómo corregir el error histórico de su apuesta. E intenta ganar tiempo...

 

- O es que hemos hecho ‘un pa com unes hòsties’….

- Bueno, usted mismo. Ahora bien, quede claro que esa es una expresión relacionada con los espacios políticos. Hace tres años dije que el proceso no llevaría a Catalunya a la independencia, pero que rompería al PSC –y aunque algunos se frotarían las manos no sería bueno para el país–; que el proceso rompería CiU y Unió; dividiría ICV; haría subir a Cs y consolidaría a ERC como fuerza hegemónica del nacionalismo. Añadí: Y habremos hecho un pan como unas tortas (en catalán, más usado como unas hòsties). ¿Ha sido así? Yo creo que sí. Guste o no, la realidad es tozuda.

 

- Desde su experiencia en la política catalana y española, ¿Qué solución ve factible?

- Una en la que hoy no creen las partes más implicadas: el diálogo. No es una palabra hueca. Nunca un conflicto se ha solucioanado sin acudir al diálogo. O se habla o acaba ganando el más fuerte. Tengo la sensación de que no es Catalunya la más fuerte. Ahora bien, el diálogo no será ni fácil ni rápido. Hay que dejar de insultarse, hay que respetarse el uno al otro, meterse en la piel del otro...

 

- También se puede vivir en la tensión permanente entre independentistas y un Gobierno centralista a ultranza.

- Más bien malvivir. A nadie le interesa. Y si de lo que se trata es de sacar pecho el pequeño, es decir Catalunya, lo tiene mal. Me impresiona cómo se desprecia o ignora la fuerza de España como Estado por parte del independentismo.

 

- ¿De qué se arrepiente de su pasado político?

- No sirve de nada arrepentirse. Hay que ser consciente de lo que uno ha hecho mal para evitar repetirlo, pero yo ya no voy a volver a la política. Globalmente con errores y aciertos, como todo el mundo, me siento tranquilo.

 

- ¿No debía haber roto antes con Convergència?

- Es posible. Respeto a quienes digan eso. La decisión de ruptura no fue de Unió, ni menos mía. Unió es el único partido que permitió ejercer el derecho a decidir de su militancia y votó una hoja de ruta distinta de la que había pactado CDC con ERC. Pero a pesar de eso Espadaler, en nombre de Unió, pidió a CDC diálogo y buscar un denominador común. La respuesta de Rull en nombre de CDC fue contundente: o se acepta nuestra propuesta o no hay alternativa. Aquí se acabo CiU. Pero es cierto que mucha gente de Unió vivía políticamente a costa de CDC. Se ha visto ahora lamentablemente con muchas personas que para asegurar su cargo han dicho y hecho lo que no está escrito. Pero ya le dije que todos somos humanos y cometemos errores.

 

- ¿Cree que opciones como Lliures puede fructificar en el mapa actual de la política catalana?

- Les deseo lo mejor, aun no compartiendo sus posiciones ideológicas. Pero ni ellos ni el nuevo partido que se alumbrará desde la Fundación Coll Alentorn pueden pensar en ser alternativa en solitario. Habrá que sumar muchos sumandos.

 

- El catalanismo moderado no secesionista, ¿puede alumbrar algún líder en unos momentos políticos en los que prima el radicalismo?

- No lo veo para las próximas y, a mi juicio, cercanas elecciones. Todavía está el país excesivamente polarizado. Pero creo que llegará su hora.

 

- ¿Ve viable una segunda Transición con una nueva Constitución?

- Creo necesaria la reforma de la Constitución, pero tal como están las cosas no veo el sosiego y la capacidad de consenso necesarios para reformarla a corto plazo. Algún día deberá reformarse. Y el Título VIII requerirá una redefinción al menos de clarificación competencial. La cuestión catalana exige una financiación distinta y mayor inversión. Eso es necesario, pero no suficiente.

 

- ¿Algún círculo empresarial le sigue pidiendo que vuelva a la política?

- Prefiero contestarle con lo que siempre contesto cuando alguien me habla de ello. Hay que saber entrar y salir de la política y yo estoy fuera. He salido ya. Mi experiencia y relaciones pueden ser útiles, pero no para liderar un proyecto político. Eso se acabo.

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