Jordi Cuixart (Òmnium), un empresario metido a revolucionario

18 octubre 2017 07:40 | Actualizado a 18 octubre 2017 17:29
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Òmnium Cultural, a diferencia de la ANC, tiene una larga tradición en defensa de la cultura y la lengua catalana. Es una plataforma con solera, fundada en pleno franquisimo, en 1961, por algunas de las familias más ricas de Catalunya, ligadas al catalanismo, como los Carulla (Gallina Blanca) o los Millet (el padre del saqueador confeso del Palau de la Música fue su primer presidente).

Òmnium siempre estuvo ligado a la cultura catalana, pero en los últimos tiempos se ha convertido en un actor político de primer orden y protagonista principal del proceso de ruptura. Junto a la ANC, ha organizado las manifestaciones del 11-S. Primero bajo la presidencia de Muriel Casals (murió atropellada por una bici en 2016), más tarde de Quim Torra y ahora de Jordi Cuixart (1975), la plataforma lidera el proceso desde la calle y la movilización.

El actual presidente de Omnium Cultural tomó las riendas de la entidad en 2015. Con estas credenciales se presentó a las elecciones en la organización soberanista: «Soy el hijo de una murciana, carnicera, y de un badalonés, obrero. Entre ellos hablan en castellano pero decidieron hablar catalán a sus hijos. Fui insumiso al servicio militar, empecé a trabajar de mozo en una fábrica de Santa Perpètua (Barcelona) y fundé mi empresa en 2003 y me siento orgulloso». Es empresario, vive en Sabadell y es el fundador y director general de Aranow Packaging Machinery e impulsor de la organización de empresarios FemCAT, las más secesionista de todas las patronales catalanas.

Igual que Jordi Sánchez, forma parte del sanedrín que asesora a Carles Puigdemont con reuniones casi semanales en el Palau de la Generalitat. Los Jordis, como se conoce a Cuixart y Sànchez, empezaban a distanciarse ideológicamente. Fuentes secesionistas señalan que sus diferencias se hicieron notables en la reunión que Puigdemont tuvo el martes pasado con el estado mayor del proceso, antes del pleno en el que debía proclamar la independencia. La ANC siempre estuvo más ligada a ERC y Òmnium, a CDC, pero con Sànchez y Cuixart ha sido al revés. 

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