La Fiscalía pide 24 y 25 años para los guardias urbanos del crimen del Pantà de Foix

Para Rosa Peral contempla una agravante de parentesco, y para ella y Alberto López solicita además diez años de libertad vigilada

24 abril 2019 11:06 | Actualizado a 24 abril 2019 11:11
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La Fiscalía ha pedido penas de 24 y 25 años de cárcel, más otros diez de libertad vigilada, para Rosa Peral y Alberto López, los dos guardias urbanos de Barcelona acusados de asesinar en mayo de 2017 a un compañero del cuerpo. En su escrito de calificación, presentado ante el Juzgado de instrucción número 8 de Vilanova i la Geltrú, el ministerio público acusa de un delito de asesinato a la pareja de guardias urbanos procesados –en el caso de Rosa Peral, con la agravante de parentesco–, quienes serán juzgados por un tribunal popular. El ministerio público solicita también que los procesados indemnicen con un total de 785.000 euros al hijo, el padre, los hermanos y la excompañera sentimental de la víctima.

Según mantiene el ministerio público en su escrito de conclusiones, los dos procesados, que eran amantes, se pusieron de acuerdo para asesinar, la madrugada del 2 de mayo de 2017, a la pareja de Rosa Peral en el domicilio de Vilanova i la Geltrú que ella compartía con la víctima, e incriminar en el crimen al exesposo de ella.
La pareja de acusados, que se conocieron trabajando en la Guardia Urbana de Barcelona, iniciaron una relación sentimental en 2012, cuando la acusada estaba casada y vivía con su marido y sus dos hijas menores en Vilanova i la Geltrú, hasta que se separó de él en diciembre de 2016.

Meses antes de su separación, añade el ministerio público, Rosa Peral emprendió una tercera relación con el fallecido, Pedro R., también agente de la Guardia Urbana aunque de otra unidad. 

En enero de 2017, el acusado Alberto López descubrió el vínculo sentimental que mantenían Rosa Peral y la víctima, y, en venganza, decidió desvelarle que la mujer había estado simultaneando ambas relaciones, según la Fiscalía, que cree que ello generó «un clima de celos recíprocos».

En ese contexto, sostiene la acusación pública, entre marzo y abril de 2017 los procesados iniciaron un «paulatino acercamiento», hasta que ambos llegaron a la conclusión de que el fallecido, «por diversas razones, obstaculizaba su relación». 
La Fiscalía sostiene que los procesados acabaron con la vida de Pedro R. en el interior de su domicilio de Vilanova i la Geltrú y, aunque no precisa de qué forma lo mataron, recalca que lo hicieron aprovechándose de que la víctima «estaba enteramente despreocupada de sufrir algún ataque», por encontrarse en su casa y por la «relación sentimental y de confianza» que le ligaba a Peral. Valiéndose de sus conocimientos policiales, los acusados desplazaron el teléfono móvil del fallecido hasta las indemnizaciones de una urbanización de La Bisbal del Penedès, donde residía el exmarido de Peral, con el propósito de involucrarle. Con el fin de «fingir una motivación distinta», agrega el escrito de acusación, los procesados airearon las malas relaciones que la víctima mantenía con el exmarido de Rosa Peral.

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