Puigdemont tensa la cuerda antes de la cita entre Sánchez y Torra

El expresidente catalán califica al Estado español como un país «oscuro y tenebroso» que por «xenofobia» hasta siente «placer»

05 febrero 2020 07:50 | Actualizado a 05 febrero 2020 08:11
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Cataluña ha entrado ya en periodo preelectoral y nada escapa a la pugna entre JxCat y Esquerra, que se preparan para librar la batalla final en el independentismo. Sobre la mesa, dos estrategias cada vez más antagónicas; y en medio, la reunión del jueves entre Pedro Sánchez y Quim Torra en el Palau de la Generalitat.

El interés por el encuentro de unos y otros es muy diferente. Pero ambos buscan rédito electoral. Esquerra necesita vender entre su parroquia que la abstención en la investidura de Sánchez servirá para algo. Los posconvergentes buscan trasladar la idea de que es imposible negociar con el Gobierno y que la única vía posible es la unilateral.

JxCat empezó ayer a caldear el ambiente previo de la cita con una comparecencia explosiva de Carles Puigdemont en el Parlament, a través de videoconferencia, en la que advirtió de que Torra insistirá en sus planteamientos de máximos. Una estrategia que solo busca hacer descarilar la reunión. El expresidente de la Generalitat participó hoy como testigo en una comisión de investigación parlamentaria sobre el 155, como hicieron la semana pasada seis de los nueve presos del ‘procés’, y se despachó a gusto contra España, contra el PSOE y hasta contra sus socios de ERC. El líder nacionalista calificó al Estado español como un país «oscuro y tenebroso» que por «xenofobia» hasta siente «placer» causando el mal a los catalanes.

Un Estado que, a su juicio, llegó a «enloquecer» cegado por la sed de «venganza» y aplicó un 155, que para el expresidente de la Generalitat fue un golpe de Estado «ordenado» por el Rey para intentar «liquidar» las aspiraciones soberanistas. «En 2017, el Estado estaba desbocado. Tenía una voracidad monstruosa», remató. Puigdemont, eso sí, evitó la autocrítica y dijo que la declaración unilateral de independencia fue un acto de «dignidad».

Exige al Estado que pida perdón

En vísperas de la reunión entre los presidentes, Puigdemont avisó a Sánchez que su intención es perpetuar el conflicto catalán, que no cejará en el desafío hasta que consiga un referéndum de autodeterminación y que el secesionismo no pasará página hasta que el Estado pida perdón por el 155 y por las cargas policiales del 1-O. «Sánchez estaba en la cocina del 155», avisó ayer el líder de JxCat a los republicanos, que ahora «van de moderados» y «me tachan de radical».

La reunión entre Sánchez y Torra llega una semana después de que el presidente catalán anunciara su intención de adelantar las elecciones y en un momento en que el independentismo está más enfrentado que nunca. Esa división estará presente en la cita en el Palau de la Generalitat. Puigdemont, igual que Torra, defiende la figura de un relator para la futura mesa de negociación entre el Gobierno y el Govern. Una persona que haga de mediador. Pero ERC no lo ve claro. No quiere estirar la cuerda y que se rompa antes de tiempo, como ocurrió hace un año. Está por ver si el presidente de la Generalitat defiende esta figura en su encuentro con Sánchez, toda vez que el Govern no logró fijar hoy una posición al respecto. Torra sí planteará la amnistía para los presos y defenderá la autodeterminación.

El Govern de la Generalitat tras su reunión semanal, confió en que de la reunión de mañana jueves salga la fecha de inicio de la futura mesa de negociación entre gobiernos. Una especie de «calendario» que fije una hoja de ruta y unas reglas de juego de cómo deben ser las conversaciones entre las dos administraciones que la parte catalana desea que conduzcan a la resolución del conflicto.

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