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Granada no se comprendre sin sus raíces nazarís. Sulayr, la montaña del sol, palabra con la que los árabes conocían Sierra Nevada, tiene un atractivo especial para esquiar en los meses de primavera. Una época marcada por los días largos y claros que convierten a la única estación de esquí europea al sur del río Tajo en un lugar de nieve diferente al resto. Sin duda esconde un embrujo especial.
Los cuatro metros de nieve caídos por las nevadas de marzo son un tesoro para el complejo granadino que ampliará la temporada hasta el 6 de mayo. Para ello, la estación andaluza repite la promoicón ‘Esquía la primavera en Sierra Nevada’ que tanto éxito cosechó la pasada temporada. Y es que incluye un amplio abanico de actividades lúdicas, de ocio y deportivas, con forfaits a precios especiales para disfrutar de largas jornadas de sol y, sobre todo, de nieve. Una gran manera de despedir la campaña.
Los grandes temporales de nieve y viento han obligado a la estación granadina a cerrar algunos días de esquí (5 sólo desde el 28 de febrero), pero no hay mal que por bien no venga. Las generosas acumulaciones de nieve permiten disponer de una superficie esquiable hasta la entrada del mes de mayo. Este privilegio se traduce en la continuidad de la actividad económica y el acortamiento de la desestacionalización entre temporadas.
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Destaca la Salomon Challenge Quest (7 de abril), una carrera entre grupos de amigos que completan pruebas de esquí alpino y freestyle. La Bajada Retro (8 de abril), la Semana Telemark, (9-15 de abril) o el Festival Música Sun and Snow (13, 14 y 15 abril). Está última es la primera edición de un festival de música electrónica ligado a exhibiciones de snowboard y freestyle. Resulta imprescindible el Descenso en Bañador (21 de abril), referencia de la primavera en Sierra Nevada por su fuerza visual y tirón mediático.
Finalmente, la estación granadina se desciende desde el pico del Veleta (3.396 metros). Este descenso permite llegar hasta la base de la estación, completando un desnivel de 1.100 metros, el mayor de la Península Ibérica. La bajada comienza en la pista de El Águila, la más larga de Sierra Nevada, desde la que se divisa el Mulhacén y se termina por la de El Río hasta Pradollano. Placeres de invierno... y primavera.
