Torra amenaza con la secesión si la sentencia es condenatoria

El president de la Generalitat cumplió ayer con la tradición de los presidentes catalanes de pronunciar una conferencia en Madrid para lanzar un aviso a los poderes del Estado. Quim Torra sacó toda su artillería y dejó claro que su objetivo es mantener viva la confrontación del Procés. Al menos en lo retórico, aseguró que va a por todas.

El president sigue al dedillo el ideario de Puigdemont, que aboga por el enfrentamiento con el Estado. Esta pugna tuvo su primera fase con el 1-O, y tendrá su continuación, según el aviso de Torra, en caso de que los jueces del Tribunal Supremo impongan penas severas a los líderes independentistas. «No aceptaremos la sentencia», afirmó en el desayuno organizado por Europa Press.

Torra cree que la sentencia dejará «bien claro cuál es el nivel de calidad democrática del Estado» y advirtió de que un fallo condenatorio marcará un antes y un después en las relaciones entre Cataluya y España, como ocurrió con la sentencia contra el Estatut. Por ello, anticipó de que la respuesta del independentismo será tomar de nuevo la iniciativa «para trazar en firme el camino hasta culminar la independencia». No descartó un nuevo 1-O y dijo que la respuesta pasará por la «resistencia» y «la desobediencia civil» y pondrá en el centro «el ejercicio de la autodeterminación».

Divergencias

La respuesta al fallo del Supremo enfrenta a los dos socios de gobierno en la Generalitat, pues las estrategias son divergentes. Ayer pudieron escucharse tres voces relevantes en el soberanismo que lo muestran a las claras. Mientras Torra dijo que la no cooperación con la justicia es una «obligación moral», amenazó con no aceptar la sentencia, se mostró partidario de una huelga general y hasta elogió cómo las protestas en las calles de Hong Kong han conseguido doblegar al poderoso Estado chino tras tres meses de manifestaciones, desde su propio Govern, la titular de Empresa, del sector menos radical de JxCat, rechazó una parálisis del país permanente como ansían los independentistas más hiperventilados, aseguró que perjudicaría a la economía y abogó por acabar con los «discursos simplistas». Oriol Junqueras, a su vez, en una entrevista por escrito a Ser Catalunya, reclamó elecciones anticipadas para acabar formando un gobierno de concentración, cosa que Quim Torra rechazó.

En clave de investidura española, el president advirtió a Pedro Sánchez de que si la propuesta de 370 puntos que presentó el martes es la definitiva, la posición de JxCat será votar ‘no’ como en julio. Instó al presidente del Gobierno a que recupere el espíritu de Pedralbes, donde, según destacó, el Gobierno español asumió que la salida al conflicto no debía limitarse al marco de la Constitución.

Sobre su juicio los días 25 y 26 de septiembre por los lazos amarillos, Torra amaga con no acudir, lo que obligaría a los Mossos d’Esquadra a llevarle a la fuerza si así lo ordena el TSJCat (ver despiece). Anunció, eso sí, que tiene previsto recusar a los tres jueces que le juzgarán.

Inspectores imputados por el 1-O

Por otra parte, ocho inspectores jefe de la Policía Nacional, responsables de los operativos en 27 colegios electorales del referéndum del 1-O en Barcelona, han sido citados por el juez en calidad de investigados por las cargas contra ciudadanos. El juez del jugzado número 7 de Barcelona les ha citado el 9 y el 11 de octubre. En Girona, un juzgado amplió el miércoles en seis el número de policías investigados por las cargas. Ya son 28 los encausados.

Mientras tanto, el tribunal de Apelación de Bruselas ha ordenado que se reabra la investigación judicial sobre la supuesta colocación de una baliza de geolocalización en el vehículo que Carles Puigdemont utilizó en Bélgica, como solicitaba la defensa del expresident.