Vivir pendiente de la llamada de Carme

«Tengo cero esperanzas». El ‘Diari’ conversa con Bernat Pegueroles, marido de la expresidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell

03 octubre 2018 09:10 | Actualizado a 10 octubre 2018 12:54
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Bernat Pegueroles vive pendiente del teléfono desde hace medio año. Su esposa, la expresidenta del Parlament de Catalunya –Carme Forcadell– está encarcelada desde marzo y, desde mediados de julio, está reclusa en la prisión tarraconense de Mas d’Enric. «Sólo puede hacer ocho llamadas a la semana, y si me contacta y no le contesto, pierde una. Por esto hemos quedado que me si me telefonea lo hace a las 13 o a las 20 horas. Y debo estar siempre localizable», indica este ebrense de Xerta que vive en Sabadell.  

Bernat, poco acostumbrado a hablar en público y menos ante la prensa, visita una vez por semana a su esposa. Desde hace casi doscientos días tiene clara la respuesta a la pregunta que más le han hecho: ¿Cómo está Carme?. «Encerrada y con ganas de salir» contesta rápidamente Pegueroles, quien tampoco puede dar una argumentación exacta sobre el estado de ánimo de la expolítica. «Unos días está más fuerte y, otros, no tanto», recalca en el encuentro que mantuvo con este redactor la pasada semana en la entrada del centro penitenciario del Tarragonès. 

«Lo pasamos como podemos»
Pese a que el acercamiento de los presos por el 1-O pueda hacer pensar que, ahora, todo es mucho más fácil para Forcadell, lo cierto es que estar a una hora de casa tiene sus cosas positivas, pero también otras de negativas. «Para la familia está claro que es muy beneficioso, ya que no tenemos que hacer un recorrido de ocho horas. Y ella, aquí, puede ver TV3» indica Pegueroles, quien recalca, sin embargo, que en Mas d’Enric «es una presa más, mientras que en Alcalá Meco estaba en el módulo de respecto, separada de las presas más conflictivas». ¿Qué quiere decir esto?. «Pues que allí podía tener la celda abierta y ver películas con compañeras», explica. «Esto sí, aquí no ha tenido ningún problema», afirma el marido, quien reconoce que los más próximos aguantan la situación «como podemos». Hace un año, Carme y Bernat fueron abuelos. A lo largo del último medio año sólo ha podido ver al nieto una vez al mes», lamenta. 

«La única vía es Europa»
Por lo que se refiere a las expectativas de futuro, Pegueroles afirma tener «cero esperanzas», ya que «estamos ante una indefensión total». «Están haciendo inventos con las pruebas, no hay nada que me permita ser optimista. ¡Pero si hasta aportan como prueba una noticia de 13TV!», exclama. Por ello, considera que «la única vía que podemos tener es la justicia internacional. Allí no pueden meter mano todos los chapuzas que hay por aquí». La familia aún no sabe cuando empezará el juicio, si bien se apunta que podría iniciarse en enero. «Sólo sabemos que será una farsa. Las pruebas no son reales, dirán lo que querrán», afirma con resignación.  

Pegueroles remarca que le genera «mucha impotencia» leer los emails hechos público a lo largo de los últimos días, en los que los magistrados hablaban sin tapujos sobre el procés. «Quién les puede frenar? Son jueces y parte, y esto no es justo», dice.
Otro de los temas incómodos es el referente a un posible indulto, que han puesto sobre la mesa varios dirigentes socialistas como Miquel Iceta, Teresa Cunillera o Carmen Calvo. «Pedirlo significaría aceptar una sentencia de culpabilidad. No sé qué querrá hacer ella...» asegura Pegueroles, quien reconoce que esta posibilidad sería un enorme dilema. «Si te dicen que te encerramos veinte años en prisión o dices que pides perdón y sales... ¿Que hacemos? Será una decisión que tomaría ella. Igual sale y nos vamos fuera de España. Juntos ya hemos visitado 77 países...». 

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