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La impresión 3D en manos del futuro

Una veintena de niños participaron en un taller en la Biblioteca de Vila-seca para aprender a usar el programa informático para diseñar sus creaciones

Ana Martín enseñó a los alumnos cómo diseñar un avión con el programa informático para poder imprimir objetos en 3D.FOTO: PERE FERRÉ

Cristina Sierra
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La tecnología del futuro en manos de los jóvenes que un día dominarán el mundo. Una veintena de vilasecanos de entre 8 y 12 años participaron ayer por la tarde en un taller sobre la impresión en tres dimensiones, en la Biblioteca Municipal. Esta técnica, que ya se usa en diferentes sectores como la moda, medicina y gastronomía, captó la atención de los alumnos, que no perdieron detalle de cómo diseñar un objeto con el ordenador e imprimirlo con volumen.

Ana Martín, de la empresa Petits Enginyers, especializada en actividades de robótica y tecnología, fue la encargada de ofrecer este taller, que se dividió en dos clases. En esta primera sesión introductoria la profesional preguntó a los niños si conocían qué es la tecnología 3D, una pregunta que obtuvo muchas respuestas positivas y que dejó patente que, a pesar de su edad, la conocían muy bien. Antes de empezar a enseñarles cómo usar Tinkercad, el programa informático que usaron para crear sus diseños, Martín les explicó que la impresión 3D es un proceso largo y complejo. «Para imprimir un objeto se necesitan muchas horas, no es lo mismo que imprimir un documento o un dibujo», apuntó.

Cada alumno tenía a su disposición un ordenador portátil con acceso a internet. Una vez abrieron el programa, la responsable les explicó que en esta primera clase dibujarían el mismo avión para conocer los entresijos del sistema. Los niños siguieron con mucho entusiasmo las instrucciones de la profesional, que con una pantalla auxiliar les indicaba el paso a paso para poder construir el vehículo. Sobre un plano cuadriculado con dimensión empezaron a diseñar el cuerpo del avión con un cilindro que se adaptaba según el tamaño que le quería dar cada participante. Hasta ahí ningún problema.

La parte más difícil fue cuando tuvieron que cortar el triángulo para poder hacer la aleta y las alas y poner el nombre a su modelo, un proceso más complicado que hizo que algunos perdieran el ritmo y solicitaran ayuda. Una clase muy práctica que les sirvió para que en la segunda sesión puedan hacer su propia figura y tenerla impresa.

Robots y coches

Entre pieza y pieza, algunos de los vilasecanos se atrevían a experimentar con el programa de manera individual, jugando con los colores y dejándose llevar por la creatividad. Mientras, otros ayudaban a su amigo perdido que no sabía cómo cortar una pieza e incluso alguno ya comentaba con su compañero de al lado qué construiría la semana que viene. «Yo haré un robot», señalaba uno, mientras que el otro aseguraba que quería hacer un coche o quizá un tren.

Cerca de 90 minutos de clase que gustó mucho a los participantes, que se mostraron encantados con todo lo que habían aprendido. «Estas sesiones las hemos hecho en centros cívicos, escuelas y bibliotecas y a los niños les llama mucho la atención porque ven todo el proceso y pueden tener su creación con volumen», señaló Martín.

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