Cambrils: Se acabó convertir los terrados de los edificios en 'rooftops' privados

Se acabó montar un rooftop particular en el terrado de casa. Cambrils prohibirá que los nuevos bloques de pisos que se construyan a partir de ahora tengan las azoteas subdivididas en pequeñas partes privadas o con acceso por escaleras desde las viviendas más altas: todas las cubiertas deberán ser de uso comunitario, abiertas, y solamente se podrá entrar en ellas a través de la escalera o el ascensor general del edificio. Así, el Ayuntamiento quiere evitar que los vecinos instalen allí toldos y pérgolas, que no se permiten y cuya proliferación en el municipio ya está motivando entre dos y cinco expedientes de disciplina urbanística a la semana.

«En Cambrils tenemos muchos meses de sol. Y la gente coloca tendales que, con el tiempo, incluso acaban convirtiéndose en cerramientos con cortinas de vidrio o paneles sándwich y funcionando como ampliaciones de su piso», señala el concejal de Urbanismo, Carlos Caballero. Estas estructuras añadidas suelen sobrepasar la altura tope del bloque porque, «normalmente, todas las constructoras ya edifican al máximo», así que perjudican la estética original y son ilegales. Las multas pueden alcanzar los 3.000 euros.

«La población tiene ahora más fácil acceso a esos sistemas de pérgola, los conoce y los compra. Hay quien cree que podrá legalizarlos en el futuro, pero no es así», añade el concejal. «No queremos el municipio lleno de tendales, de construcciones de plástico. Queremos orden y reducir los expedientes», indica. Últimamente habían aumentado, también, las consultas a los servicios municipales sobre poner ascensores privados que comunicasen con los terrados.

El Ayuntamiento suspenderá la concesión de nuevas licencias de obra para construir pisos con azoteas privadas en zonas de la ciudad donde se prevé desarrollo de edificios plurifamiliares, incluidas el casco antiguo y los ensanches, en las que predomina la tipología de bloques de planta baja más cuatro.

«Tras las hamacas llega el toldo»

«Habitualmente, se utilizan las cubiertas planas transitables para dar a los pisos de arriba una categoría como si tuvieran su terraza-ático y, por culpa de eso, tenemos este problema: la gente pone primero unas hamacas, después una barbacoa y luego tiene calor y llega la pérgola. Al final, elementos que sobrepasan la altura máxima», detalla el responsable de Urbanismo.

El sentido de la regulación es prevenir que sigan creciendo esa suerte de rooftops –espacios en el terrado que se equipan para estar o para actividades de ocio– caseros. «Los nuevos proyectos de bloques que entren tendrán que ser siempre con terrazas comunitarias, no de uso exclusivo para quien viva en las plantas superiores sino para todos», subraya Caballero. La idea es que, al acabar con las azoteas particulares, el problema de los toldos se corte de raíz.

El concejal aclara que la norma, que ha surgido «a iniciativa del Departament d’Urbanisme para reducir los expedientes de disciplina», se aplicará a partir de la aprobación definitiva y no hay retroactividad. Los edificios que tengan la cubierta dividida seguirán igual y los planes afectarán a los proyectos nuevos. La implementación se hará con una modificación puntual de Pla General d’Ordenació Urbanística Municipal (POUM) que recibió el ok inicial en el pleno de septiembre y está en exposición pública.

El documento de modificación del POUM incide en la «necesidad de mantener la estética y la armonía original de los edificios plurifamiliares, sin alteraciones privativas en las cubiertas que generen más aprovechamiento del que el planeamiento otorga».