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Vila-seca guardará a buen recaudo sus 400 toneladas de arena. Las dejará en un almacén para reutilizarlas estas próximas Navidades y seguir así con la tradición de moldear un Pessebre de Sorra diferente en la playa de La Pineda.
Este año, la previsión de derribar las figuras y guardar la arena se planificó para el día de ayer, pero ante el gran número de visitantes que recibe y la posibilidad de alargar esta obra de arte efímera hasta el fin de semana, se decidió cambiar la fecha y proceder al derribo el lunes a las 10.30 horas.
Será un equipo de la brigada municipal del Ayuntamiento de Vila-seca, que coordinado con técnicos del Patronat de Turisme, dirigirán esta operación para reducir al máximo la pérdida de esta arena tan especial. Y no es una cuestión de ahorro almacenarlo durante todo el año. Es una cuestión de la morfología de la arena (el grano tiene aristas que permiten mayor compactación) que permite a los escultores trabajarla con mayor eficacia en sus diseños.
Un proyecto exitoso
A falta de rematar estos tres días extra de visitas, el Patronat de Turisme ha calculado que por el Pessebre de Sorra han pasado unas 25.000 personas, una cifra importante dadas las dificultades que ha supuesto la sexta ola de la pandemia en esta campaña navideña de 2021.
El éxito de las visitas a las esculturas de arena, y del mercadillo que le acompaña, refuerza la apuesta del Patronat de Turisme cuando ideó este belén en 2000 y que se ha convertido en una tradición más dentro de las visitas obligadas de las Navidades.
Además, la singularidad del belén de arena, que dirige Núria Vallverdú, es que cada año es diferente y siempre busca que no haya figuras repetidas. En esta ocasión el cambio climático, el deterioro del planeta, el riesgo que conlleva su abuso... queda reflejado en las figuras del Pessebre de Sorra, que siempre deben estar presentes: San José, la Virgen María, el niño Jesús, los Reyes Magos y el Caganer, entre otros.
