Adiós a otra histórica casa de la playa de Calafell

El Ayuntamiento señala que no estaba en el catálogo de edificios protegidos

24 octubre 2017 09:05 | Actualizado a 24 octubre 2017 09:16
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Era otra de las históricas casas que ya han pasado a la historia de Calafell. A la memoria de los más mayores que quizá la vieron con su vida familiar original. Y para el recuerdo de quienes ya la conocieron en la época actual pero que quizá ayudaba a tener una idea de cómo era el Calafell que vivía de la pesca.

Encajonada entre edificios, la vieja casa resistía con un comercio de moda en sus bajos en el centro de la zona peatonal. Pero ya no ha podido más. La excavadora ha derribado aquella vivienda de dos plantas. Otro recuerdo de un Calafell que ya no existe.

El derribo lo ha sido también para el sentimiento de muchos vecinos que ven como se desmonta la historia. Hace años el Ayuntamiento redactó un catálogo de construcciones y viviendas que debían protegerse por su singularidad. Y según explica el alcalde, la que se ha derribado ahora no estaba en la lista de las indultadas.

En su día «los técnicos valoraron que la vivienda estaba muy modificada y que no valía la pena catalogarla», explica el alcalde Ramon Ferré. Pero también es cierto que las catalogaciones pueden llevar a indemnizaciones. Por ello «se catalogaron las que valía la pena conservar». Ferré cifra en unas 80 las que se protegieron.

La vieja casa de dos plantas era como la gran mayoría de las que había en una época en que el núcleo de la playa de Calafell era pescador. Casas bajas junto a la playa. El Ayuntamiento redactó un catálogo que incluye a 159 elementos de los que 90 eran viviendas y fincas particulares.

Según se explicó en su día, los criterios para incluir elementos en el catálogo de protección eran el «valor histórico y monumental, sentimental o memorístico», pero también el del paisaje urbano.

Ebullición
Fue en 2008 que se hizo el catálogo. El entonces alcalde Jordi Sánchez decía que «la ebullición inmobiliaria de los últimos años había hecho acuciante la necesidad de proteger los bienes patrimoniales del municipio».

Entonces en el núcleo del pueblo había una intensa actividad de derribo de casas históricas. El hoy alcalde era entonces concejal de Urbanismo. Ramon Ferré explicaba que algunas incorporaciones al catálogo fueron a petición de los propietarios. «La catalogación no debe ser vista como un perjuicio o amenaza, sino como una oportinidad de dar valor a la propiedad», señalaba.

En todo caso los vecinos del núcleo de la playa lamentan la pérdida de otra de esas imágenes que van borrando el Calafell que conoceieron.

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