Mari Ángeles y José Alberto llevan 16 años en los escenarios. Con su música animaban fiestas y verbenas, bailes... hasta el pasado marzo. Tras una de sus actuaciones resultaron afectados por el coronavirus y tuvieron que estar ingresados en el hospital de El Vendrell.
Finalmente salieron pero las secuelas físicas siguen. «Es duro, lo que te deja es duro». Y las emocionales son demoledoras. Porque el cierre de la restauración y de la actividad social ha puesto fin a bailes, fiestas y conciertos. Y no se le ve futuro.
Alma Duet, el dúo que forman Mari Ángeles y José Alberto, ha tenido que callar sus instrumentos. Era su vida. Vivían de la música y el parón les afecta de lleno. Está todo cancelado». El trabajo que ha encontrado José Alberto ayuda a comer.
Alma Duet de El Vendrell vuelve a cantar en casa tras superar el coronavirus
Este miércoles han podido regresar a su casa. Tras 13 días en el hospital de El Vendrell. "Y nueve antes con fiebre en casa", explica Mari Ángeles García. Ella y su compañero José Alberto Arribas recuerdan aquellos nueve días de fiebre, dolor de cabeza y dificultades para respirar.
No hay contrataciones. Alma Duet se ha dado de baja autónomos por cese de actividad para recortar gastos. Este viernes participaban en la concentración de la hostelería de El Vendrell para protestar por las restricciones impuestas al sector y que va a torpedear a muchos negocios.
«La hostelería ha tomado todas las medidas de seguridad y son los que pagan la situación. En cambio se ven botellones y fiestas privadas en casas sin ningún tipo de precaución y nadie hace nada», lamenta José Alberto.
Por eso Alma Duet estaba en la plaza Vella de El Vendrell. Porque el cierre de la hostelería desencadena un afectación a decenas de otros sectores. En El Vendrell son más de 400 establecimientos. Y las secuelas dan de lleno, también, a la música.
Mari Ángeles se emociona porque «hay abuelos que nos paran por la calle para preguntarnos si vamos a volver a tocar para que pueden bailar. Es muy triste». Porque no saben qué decirles. Porque es duro que un músico no pueda compartir su música.