Banyeres compra el terreno que guarda la historia de los íberos

Unas obras destaparon lo que podría ser la gran ciudad íbera

13 agosto 2019 11:33 | Actualizado a 13 agosto 2019 11:45
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El Ayuntamiento de Banyeres ha comprado el terreno en la zona de Masies de Sant Miquel, bajo el que hay lo que es la gran ciudad íbera de la Cosetania.

Desde hace años se sabe que en la zona hay un gran asentamiento, por lo que está protegido y no podía hacerse nada. Con esa fuerza el Ayuntamiento anunció la intención de la compra con el objetivo de una gran excavación.

El Ayuntamiento pagará 40.000 euros este año y otros 40.000 en 2020. La superficie es de 24.300 metros cuadrados calificados como Bien Cultural de Interés Nacional.

Excavaciones
Con la compra se facilita que puedan iniciarse excavaciones. La Universitat de Barcelona contempla la investigación en intensidad en el terreno para el periodo 2018-2021.

Hace veinte años las obras para construir una balsa destaparon unos muros de hasta cuatro metros de altura que serían de viviendas de hasta dos alturas. Sería la gran ciudad íbera de la Cosetania Oriental, que podría haber albergado a 3.000 personas.

Prospección
La prospección con georadar sorprendió a los investigadores.   Muestra construcciones consolidadas, espacios sin edificar, muros y estructuras. La iniciativa la impulsa la Universitat de Barcelona. El arqueólogo Jordi Morer considera que podría haber albergado población desde el siglo VII al II antes de Cristo, como ya indicó en investigador Víctor Revilla en 1982. Esto significaría que estuvo ocupada durante todo el periodo ibérico, una singularidad de gran valor para los investigadores. 

Ocuparía unas cuatro hectáreas, singular si se tiene en cuenta que el poblado ibérico de Calafell tiene media hectárea. 

Destapar la capital de la Cosetania Oriental acabaría de establecer la relación con otros asentamientos como el poblado ibérico de Calafell, reconstruido y uno de los principales del país, que era un enclave militar y para una clase noble desde el que se controlaba la costa. 

También el de Les Guardies de El Vendrell, aparecido durante la construcción de la autopista C-32 y totalmente desmantelado, que era un centro para la producción de hierro. En la zona también está el del Fondo del Roig de Cunit, que los trabajos del C-32 destaparon y  que fue de producción agrícola. 

La ciudad íbera situaría a Masies de Sant Miquel en primera línea de la arqueología peninsular, algo que ya sospecharon los arqueólogos Joan Santacana y Joan Sanmartí cuando hace treinta años encontraron gran cantidad de material en superficie como cerámicas íberas y fenicias. Aunque las primeras investigaciones datan de 1963.

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