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El hijo del fundador de la marca italiana pulsó el botón de arranque de Ferrari Land en la ceremonia inaugural

19 mayo 2017 15:44 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:44
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«Si mi padre estuviera aquí, estaría feliz por estar cerca de gente a la que le gusta su marca, sus coches y su tecnología». Piero, hijo de Enzo Ferrari, fundador de la legendaria firma italiana, fue el encargado de pulsar ayer el botón de arranque de Ferrari Land. El primer parque temático de Europa dedicado al Cavallino Rampante abre hoy al público. «Es un lugar en el que cualquiera puede disfrutar, no solo los fans de Ferrari», puntualizó Piero.

La ceremonia de inauguración fue mediática y multitudinaria. Asistieron periodistas de 250 medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales (sobre todo de Italia, Francia, Reino Unido, Alemania y Rusia). «Es el proyecto más ambicioso de PortAventura World. Hace tres años soñamos este parque y hoy se ha hecho realidad», resaltó el Arturo Mas-Sardá, presidente del resort ubicado en Salou y Vila-seca. La inversión asciende a más de 100 millones de euros y generará 400 empleos. Durante los dos años de construcción han trabajado 550 personas de cerca de sesenta empresas.

Ferrari Land es un tributo a Enzo Ferrari, al estilo de vida que creó y a sus ícónicos coches de color rosso corsa. Ocupa 70.000 metros cuadrados y dispone de once atracciones, cinco restaurantes, tiendas, tres espectáculos y animación en la calle. Es el tercer parque temático de PortAventura World. Su entrada cuesta 60 euros y da acceso también a PortAventura Park. «Está diseñado para vivir la emoción de la Fórmula 1. Queremos atraer nuevos mercados, como Italia, Alemania, Holanda o los países nórdicos, y alcanzar la cifra de cinco millones de visitantes, un millón más que en 2016», señaló Fernando Aldecoa, director general del complejo.

A 180 por hora en 5 segundos

El corazón del parque es un edificio con forma de la silueta del mítico modelo LaFerrari, un superdeportivo híbrido del que sólo se han fabricado 499 modelos y cuesta más de dos millones de euros. En su interior hay dos innovadores simuladores para adentrarse en el mundo GT y de la F1: Racing Legends, para conducir por Roma o por circuitos conocidos; y Flying Dreams, un viaje en el tiempo a través de coches de distintas épocas. También hay un espacio interactivo con la historia de la marca italiana y una exposición con tres coches representativos.

El emblema y skyline es Red Force, el acelerador vertical más alto y rápido de Europa –ha levantado el récord a Shambhala–. Tiene 112 metros de altura y alcanza los 180 kilómetros por hora en solo 5 segundos. Para los que no se atrevan a subir, hay una grada anexa. «Yo tengo vértigo y me he subido. Es una experiencia única», comentó Aldecoa. Marc Gené, piloto de pruebas del equipo de F1 de Ferrari, fue uno de los primeros en sentarse en uno de sus tres vagones. «La sensación es muy similar a la de ir en un monoplaza», aseguró.

La velocidad se mantiene en las Trhill Towers, dos torres con apariencia de pistones gigantes de un coche de Fórmula 1 y una altura de sesenta metros. Más reposado es el circuito de bólidos GT que hay al lado, Maranello Grand Race, con un trayecto de algo más de medio kilómetro pensado para toda la familia. Son vehículos a escala del modelo 488 Spider.

El parque cuenta con ocho simuladores semiprofesionales, denominados Pole Position Challenge, que son exactamente iguales que los que utilizan los pilotos profesionales en Maranello. Seis son para adultos y dos para niños. «Es muy diferente a los juegos de las videoconsolas», dijo Gené. Y hay un espacio de pit stop en el que dos equipos pueden competir para ver cuál es el más rápido en cambiar las cuatro ruedas de un Fórmula 1 a escala real.

La oferta de entretenimiento se completa con una atracción tipo látigo (Junior Championship), donde los niños puede derrapar a bordo de una reproducción den miniatura de un monoplaza; y Kids’ Podium, una estructura con juegos infantiles.

En cuanto a los restaurantes, hay desde una tradicional trattoria inspirada en el restaurante de Maranello hasta un fast food temático o una heladería.

«Buscábamos un partner que, además de hacer pasar una buena jornada al visitante, fuese capaz de interpretar el mito Ferrari. Y lo hemos conseguido», afirmó Luca Fuso, jefe de marca de la compañía del Cavallino Rampante.

Y todo, ambientado en Italia, con réplicas del David de Miguel Ángel, el Campanile de Venecia, el Palazzo Vecchio o el taller y la casa de Enzo Ferrari.

 

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