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La pasada semana los vecinos de Calafell plantaron mil árboles entre encinas, fresnos y pinos en la montaña del Comú. Fueron un millar de ejemplares que se sumaron a los otros mil que se plantaron en noviembre en el mismo área que ha sufrido diversos incendios en los últimos años.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Calafell quiere que la superficie verde se extienda a la trama urbana. El concejal de Ecología Urbana, Aaron Marcos, explica que se está preparando un Plan Director del Arbolado Urbano.
El objetivo es ganar zonas arboladas urbanas por los beneficios ambientales y para la salud, pero plantando especies autóctonas que generen más ventajas y menos inconvenientes como los de levantar el pavimento. Marcos señala que se intervendrá en calles y zonas verdes.
Calidad de vida
«Se estudia qué arbolado demanda cada zona. Queremos extender una mancha verde por el municipio» ya que ello repercute en la calidad de vida urbana». Los árboles urbanos proporcionan un aire más limpio, refrescan el ambiente, generan oxígeno y absorben dióxido de carbono, por lo que actúan contra la contaminación.
Diversos estudios señalan que los residentes en zonas con arbolado urbano tienen una mayor percepción de salud. En este sentido destacan que el calor tiene un gran impacto. Las calles con arbolado pueden tener hasta cinco grados menos de temperatura frente a las que carecen de esa protección y están expuestas al sol que genera las llamadas islas de calor.
El concejal señala que ya hay proyectos inmediatos como la creación de un parque urbano en la zona de Mas Mel. Sin embargo destaca que no serán jardines. «El objetivo es crear arboledas urbanas en las que los vecinos puedan relajarse y que además cumplan una función de depuración del ambiente». Una hectárea de árboles produce suficiente oxígeno para 18 personas todos los días.
En estás áreas se plantarán especies autóctonas. Incluso en jardines donde las haya invasoras como el plumero de la pampa, se retirarán para colocar otras más beneficiosas para el medio y la depuración ambiental. Los métodos de plantación estratégicos y planificados permiten evitar los problemas que han generado la incursión en la trama urbana de especies poco adaptadas e importadas que además no contribuyen a la absorción de dióxido de carbono.
Las dos plantaciones en las montaña del Comú han ido a cargo de vecinos. El objetivo es concienciar a la población de la necesidad del arbolado, explica Marcos, «pero la mancha verde debe extenderse dentro de las ciudades por calidad de vida». Porque los estudios sobre las áreas verdes urbanas señalan que incluso aumentan el valor de las viviendas, generan un ahorro energético a la hora de refrescar o calentar los hogares e incluso incrementan la facturación del comercio y reducen los costes de atención médica.
Marcos señala que se analizarán las zonas en las que incrementar la masa vegetal que será desde la primera línea de playa con especies típicas del ecosistema como el taray al interior urbano de las calles.
