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El Ayuntamiento de Calafell pondrá el nombre de siete vecinos a diferentes espacios públicos para recordar el trabajo que han hecho para el municipio durante décadas.
La plaza junto a la cofradía tendrá el nombre de Plaça del Manila, dedicada a Joan Solé Bosch, el Manila.
Pista del castillo
La pista polideportiva del castillo se llamará Marcel Miró.
La plaza que hay junto a la guardería Els Terrossets, al inicio de la calle Principal, tendrá el nombre de Manuel González.
Magí Sicart
Los locales de la plaza Alcalde Romeu recordarán a Magí Sicart.
El actual pasaje de Sant Antoni, en el núcleo de la playa, tendrá el nombre de Rambla Antoni Artigas para recordar a uno de los impulsores turísticos.
Joan Costa
La plaza que hay frente a la iglesia de la Assumpció de Segur recordará a Joan Costa Arnau.
También se ha aprobado que la plaza junto a la escuela de la Santa Creu lleve el nombre de Joan Mata.
Cuestión
La moción la presentaron los grupos del PSC, UAM, PP y el concejal no adscrito Jesus Benedicto.
La medida sin embargo la cuestionan partidos en la oposición como la CUP o un concejal de ERC, Jacob Balaguer. El otro concejal republicano, Joan Soler, apoyó la propuesta.
Reconocido
Los concejales que cuestionan la medida reconocen el trabajo realizado por los vecinos que tendrán el reconocimiento, pero consideran que es una medida populista. «Populismo funerario», como lo denifió la CUP.
Lamentó que no se respetase la norma de esperar cinco años desde un fallecimiento. La CUP también destaca la escasa feminización ya que los siete vecinos escogidos para el reconocimiento son hombres.
Debate
El PdeCat, que apoyó la medida «porque no podemos estar en contra de esas personas», apunta sin embargo que «hay otras más personas que han ayudado a hacer grande a Calafell» y que la decisión debería de haberse debatido para evitar decepciones en otras familias.
Planteó que los lugares puedan tener nombres genéricos porque popularmente se seguirán conociendo así como ahora se denominan vecinalmente como las plazas del pescador o de la cofradía.
PDeCat y la CUP señalan que el gobierno podría haber impulsado un proceso de participación ciudadana.
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