Calafell pone de tope las 3.30 para los conciertos y actos de la Festa Major

Descarta acogerse a la posibilidad del 'carácter extraordinario' del acto que permite la norma de la Generalitat

04 julio 2017 14:38 | Actualizado a 04 julio 2017 14:46
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La limitación horaria para conciertos y actos de las fiesta mayores de Calafell a las 3.30 de la madrugada genera protestas de quienes consideran que, tratándose de los actos más singulares del municipio, deberían alargarse.

El concierto de La Glamour Band hace unos días tuvo que acabar cuando los asistentes estaban más animados. Los organizadores, la colla de Diables Guaite’ls de Calafell, señala que no son responsables del horario y que  el Ayuntamiento lo impuso.

Normativa
Son las 3.30 la hora tope de cualquier acto de las fiestas. El  alcalde Ramon Ferré argumenta una normativa de la Generalitat que determina que ese es el límite de cierre para los fines de semana y en función de los decibelios que se alcanzan.

Hay sin embargo una parte de la normativa que permitiría alargar los actos. Establece que los ayuntamientos tienen potestad para establecer un horario en caso de fiestas extraordinarias.

Caso de Vilanova
Pero ¿son extraordinarias las fiestas mayores? El alcalde recuerda que hace dos años el Ayuntamiento de Vilanova fue condenado por un festival de música que celebra cada año. La denuncia de un vecino obligó a recortar el horario y el emplazamiento ya que el juez consideró que no es excepcional  algo que se celebra cada año. Por ello el Consistorio no se escudará en lo extraordinario de la fiesta.

Hay dos investigados
El alcalde recuerda que hay dos concejales de Calafell investigados por el ruido en la calle Monturiol, donde se concentra la oferta de ocio nocturno. La denuncia la puso una vecina y el juzgado citó a dos concejales por  no evitar ese ruido.

Ferré señaló que la supervisión judicial hacia Calafell por este tema es muy estricta y señala que ya se es más permisivo de lo que fija la Ley a expensas de poder recibir alguna denuncia. La norma que se impone es la de ruido. Esta limita a 80 decibelios el máximo que puede haber en la fachada de los edificios más próximos al evento cuando sean extraordinarios y a 60 decibelios para las fiestas de carácter ordinario.

Los vecinos defienden que la fiesta mayor es una vez al año. Pero el alcalde dice que con lo que se hace algún vecino podría denunciar al Consistorio. Ferré ha trasmitido a la Generalitat que los municipios turísticos deberían tener más permisividad. Pero las directivas comunitarias cada vez serán más restrictivas.

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