Calafell quiere controlar la gran colonia de patos de la riera

La bollería industrial y pan que les lanzan los vecinos puede dañarles

07 septiembre 2017 16:41 | Actualizado a 07 septiembre 2017 16:47
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El Ayuntamiento de Calafell intentará regular la colonia de patos asentada en la riera que desemboca en la playa. Además de las molestias que denuncian los vecinos y los clientes de un hotel que hay junto a la zona, también señalan a la suciedad que dejan los animales.

La zona es un atractivo para muchas familias con niños que acuden a  dar de comer a los patos, pese a estar prohibido. Además de que los restos de pan y otros alimentos también ensucian el entorno y el agua, al tratarse de comida que no es natural para la especie, puede ocasionar a los patos desequilibrios nutricionales.

No buscan
Ese alimento que se les lanza hace que las aves ya no busquen comida de forma natural y se asienten y críen en la zona incrementando la colonia. El Ayuntamiento ya ha intentado en diferentes ocasiones regular la colonia, pero es difícil. Incluso hay otras especies que merodean por la zona sabiendo que hay una fuente de alimento. Pero los restos de bollería industrial, el pan o las chucherías no son comida de patos. 

Además de intentar controlar la población de patos de la riera, otra de las preocupaciones del Consistorio es que el acceso a la plaza junto a la lengua de agua está abierto y muchos niños intentan coger a los animales. Ya se han visto ejemplares con las alas rotas e incluso muertos por el acoso que sufren.

Cimentada de forma antinatural
La riera es una lengua de agua natural que brota unos metros más arriba en la zona del Alorda Park. Pese a ser natural, hace años el Ayuntamiento decidió cimentar su fondo, por que rompió el equilibrio natural y periódicamente tiene que retirar la acumulación de algas ya que también en verano está cerrada al mar. Los grandes surtidores que hay, además de una función ornamental, sobre todo tienen el objetivo de oxigenar el agua.

Al problema de los patos se une que también algunos vecinos liberan las tortugas de California que compraron siendo pequeñas y que al crecer ya les molestan en casa. La liberación de especies no autóctonas supone una gran amenaza para  las propias ya que se convierten en competidoras por el espacio y lo acaban colonizando.

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