Calafell rompe con UGT

El gobierno de Calafell rompe relaciones con UGT. Considera que las declaraciones del responsable de Saneamiento Urbano del sindicato, Angel Martin de Sande, atentan contra la persona del alcalde «a título individual» y a la institución del Ayuntamiento.

El Ayuntamiento advierte que para cualquier reunión que pueda haber en el futuro, debe haber una rectificación y disculpa previa. Pero incluso en ese caso, una posible retoma de contacto pasa por un cambio de representantes sindicales «muy en particular sin la presencia de De Sande».

El enfrentamiento arranca con la intención ya aprobada de municipalizar los servicios de limpieza viaria, ya efectiva, y de recogida de basura, prevista para marzo. De Sande se ha opuesto y organizó movilizaciones en contra. Acusó al alcalde de querer «montarse un corralito» para «contratar a personas afines», entre otras acusaciones personales.

De Sande defiende que los trabajadores subrogados perderán derechos. El Ayuntamiento señala que por legislación laboral los mantienen todos. De hecho, delegados sindicales de Calafell están a favor de la municipalización ya que mantienen todas sus condiciones.

De Sande acusó a los delegados de debilidad por aceptar la municipalización.  En un comunicado, los delegados sindicales de UGT del servicio de limpieza viaria de Calafell señalan que «seguramente hubiésemos tenido debilidad sindical si accedemos a las presiones que recibimos tanto por parte de Sande como de la empresa saliente que nos presionaban para que actuáramos en contra de la municipalización pidiendo que nos manifestamos e incluso que convocamos una huelga». Los delegados sindicales del servicio en Calafell se negaron.

El servicio lo llevaba la empresa EcoBP formada por ayuntamientos de la comarca y FCC, que tiene un 70% de participación. En el escrito los delegados piden «medidas oportunas ya que no se puede tener personas en un sindicato que se preocupan más por los intereses de las empresas que por los trabajadores, lo cual da que pensar y no deja al sindicato en muy buen lugar».

La situación ha motivado la reacción del gobierno de Calafell que rompe con UGT y avisa que en las reuniones que el Ayuntamiento pueda tener por cuestiones laborales no permitirá la entrada de ningún miembro de UGT que no sean los representantes directos de los trabajadores municipales. El Ayuntamiento tampoco se sentará en ninguna mesa donde la UGT de Tarragona tenga representación mientras el sindicato no cambie de actitud.

El gobierno califica de «inaceptables, groseras y de mal gusto los actos y declaraciones de la sectorial de Saneamiento Urbano del sindicato». El alcalde señala que «si ese es el estilo de UGT, no tiene cabida en el Ayuntamiento. Mi estilo es no atender a aquellos que no respetan a la institución y la menosprecian».

El alcalde recuerda que la municipalización compete y la decide el Ayuntamiento y no un sindicato. Y que además se aprobó por mayoría en el Ayuntamiento. El alcalde lamentó que un sindicato se ponga al servicio de la empresa privada y no de los trabajadores.

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