El alargo de una de las pasarelas de madera en la playa de Calafell permite acercarse con toda comodidad hasta la misma palmera. Pero una vez en ese extremo el bañista debe sortear la palmera para seguir su camino.
Este error o desacierto en el diseño de la pasarela no ha gustado mucho a los vecinos de la zona que no han tardado en darse cuenta de lo incómodo que resulta este obstáculo en el camino creado sobre la arena.