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Es una de las acciones con más riesgo de contagio y que los empresarios del sector de la hostelería advirtieron que más iba a crecer por el cierre que les imponen.
Los botellones en la vía pública se extienden. La Policía Local de Calafell ha puesto más de 70 denuncias desde la pasada primavera y principalmente por el consumo de bebidas alcohólicas en la calle.
La situación provoca quejas de vecinos por las molestias y suciedad que genera esa práctica pero también por el riesgo de contagios.
Los empresarios de la hostelería y el ocio nocturno deben además observar esos botellones con sus persianas bajadas pese a que muchos de ellos han cumplido con las necesarias medidas de seguridad.
Contundencia
Por ello reclaman que más allá de las campaña de concienciación que sólo convencen a los responsables y que no son nada efectivas, se incrementen los controles para evitar esas prácticas de riesgo y que se sancione a los participantes y organizadores sin que después se les perdone la multa.
Pero en la localidad todavía hay puntos de botellón que siguen concentrando a pequeños grupos de jóvenes para beber en la calle. La limitación de horarios en los establecimientos abiertos las 24 horas no parece que pueda acabar con esa práctica por lo que la única medida va a ser la presión policial.
Patrullas
Para ello sin embargo desde el Ayuntamiento se pide colaboración ciudadana para dar aviso en el caso de observar esas acciones incívicas e irresponsables que ponen en riesgo la salud de la población.
Además de patrullas uniformadas también agentes de paisano vigilan las zonas donde los jóvenes acostumbran a reunirse para beber en la calle. Desde el Ayuntamiento señalan que se mantendrá la vigilancia.
