Con los ojos de Miró

 Una ruta por Mont-roig muestra varios puntos donde el artista plantó su caballete para crear sus obras

26 enero 2019 11:56 | Actualizado a 26 enero 2019 11:59
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«Toda mi obra está concebida en Mont-roig». Es la célebre frase que Joan Miró solía pronunciar y con la que plasmaba su gran vinculación con la tierra donde se forjó como artista. Con aquella masía en la que pasó largas temporadas y a la que llegó para recuperarse de sus problemas de salud. Y con aquel paisaje de Mont-roig que lo enamoró desde el primer momento y se convirtió en inspiración para algunas de sus obras más reconocidas. 

Todavía no se ha cumplido un año desde que el Mas Miró abrió al público como espacio cultural y expositivo. Pero no solo se trata de la casa. Sino del entorno. El mar. El pueblo. La ermita. Y tantos otros rincones. «En el proyecto  era tan importante la casa como el paisaje. Porque lo que da sentido a toda la obra de este artista, aquello que la une, es la tierra», explica Elena Juncosa, directora de la Fundació Mas Miró. 

La ruta El paisatge emocional de Miró se forjó a partir de la estrecha relación entre el pintor y el paisaje de Mont-roig, por el que ya mostraba interés siendo aún muy joven. Lleva al visitante hasta aquellas perspectivas que utilizó para realizar sus obras, para dibujar aquellos trazos que luego pasarían a la historia. En cierto modo, el recorrido ya estaba definido, pero las distintas partes implicadas lo repensaron, adaptaron y mejoraron para complementar el Mas Miró con él. Asimismo, explica Juncosa, decidieron potenciar cinco puntos, los más representativos. «Se trata de aquellos visualmente más potentes y con una accesibilidad asumible», apunta. Y es que había una asignatura pendiente con la puesta en valor de la relación Miró- Mont-roig. Él, y como también subraya la voz en off de la audioguía, solía decir que Barcelona, Mallorca y Mont-roig configuraban su arte y su personalidad. Y con esta propuesta se acaba de cerrar este triángulo. 

Así que el visitante puede pisar el suelo que pisó el mismo Joan Miró muchos años atrás. Aquella tierra donde clavó su caballete para pintar algunas de sus creaciones más célebres. Unos marcos del tamaño original de las obras recuadran el paisaje que le inspiró. Y junto a cada uno luce una pequeña explicación y una imagen –además de ficha- de la obra mironiana que surgió de su inspiración justo en aquel punto. 

Los visitantes pueden hacer el recorrido con el apoyo de un folleto y la audioguía. «Los distintos enclaves están numerados. Una numeración que tampoco es banal. Es nuestra propuesta para conducir a la gente. El epicentro es el Mas Miró. Luego la ruta pasa por la playa, la ermita y acaba en el pueblo –allí hay dos vistas–. El final es en la plaza Joan Miró, donde se le hizo el homenaje en 1979 junto al cambio de nombre del espacio. Y luego está la Església Vella, que conserva el tapiz de Miró de Josep Royo», señala la directora. Y añade: «Algunos de los comentarios que nos ha ido dejando la gente son realmente emotivos». 

«Qui perd els orígens, perd la identitat. I la identitat de Miró és el Mas», reza uno de los escritos que puede leerse en el libro de visitas. Hay otros que van en la misma dirección: «Aquí l’he pogut veure a ell». O «Avui he comprès la llum de Miró als seus quadres». 

Soberbia visita a la masía que refleja el espíritu y el arte de Miró. Una razón más para ir a ver su exposición de París», asegura un visitante francés en las mismas páginas. Y otro, también en francés, añade: «Miraré los cuadros de Miró con ojos distintos. Gracias por esta apertura».

«Fue un acierto»
Juncosa se muestra satisfecha del recibimiento que ha tenido la iniciativa en sus primeros meses. Del conjunto Mas Miró- paisaje. «Fue un acierto vincular la masía con el territorio», explica. «La idea es promover la visita a la masía y que la gente se mueva también por el entorno, que conozca el territorio y pasee por Mont-roig», manifiesta. 

Y es que alrededor del Mas Miró y Mont-roig se concentra todo. Desde su taller, las habitaciones, los muebles y rincones entre los que vivió el pintor, a los paisajes que le inspiraron para realizar las obras que le convirtieron en artista internacional. Hay muchos puntos que se conservan prácticamente igual y es algo que ha llamado la atención a los visitantes. «Recuerdo a un investigador japonés que quedó boquiabierto. Dijo que había un antes y un después de su visita aquí», explica Juncosa. «Tenemos suerte de que, a pesar de la autovía, el lugar se conserve prácticamente igual. Y el proyecto que impulsamos es inclusivo, de territorio. Como Miró, consideramos que hay que ser, primero, local, para pasar a ser universal», insiste la directora de la Fundació Mas Miró. 

Recientemente han incorporado la geolocalización a la audioguía. Explicaron el proyecto en la jornada de patrimonio cultural de La Pedrera, en el Grand Palais de París y el 7 de febrero están invitados a pronunciar la ponencia en el Museu Episcopal de Vic en unas jornadas sobre nuevas tecnologías que organiza la Agència Catalana del Patrimoni Cultural. Y, con distintos frentes abiertos, esta propuesta turística y cultural avanza  para poner en valor la relación de Mont-roig con uno de los artistas catalanes más universales.

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