Cós blanc: La lluvia mágica de Salou

La 37 edición del Cós Blanc finalizó ayer sin incidencias y con una cifra de asistencia de unos 25.000 espectadores. Atrás quedan las tensiones previas entre collas y Ayuntamiento

19 mayo 2017 16:29 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:35
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El Cós Blanc de Salou cerró a última hora de la noche su 37 edición, la más polémica por el cambio de cobro de las subvenciones. La fiesta del confeti, luz, sonido y carrozas tematizadas fue un éxito. Desde la locución del speaker, Juanma Hidalgo, acompañado de la música del DJ Ismael Santos, hasta el dispositivo de seguridad con más de 350 personas velando por el bien de esta rúa, todo salió a pedir de boca. Y precisamente, este buen sabor es el que ayer quedó para la posteridad. Ya habrá tiempo entre collas y Ayuntamiento de limar asperezas y de reconducir una situación organizativa que a más de uno le ha impedido dormir bien durante esta semana de Festa Major d’Hivern.

Volviendo a la fiesta, ésta contó con el mejor de los escenarios posibles. Ni una brisa impertinente, ni un frío del carajo durante toda la noche. 18 grados y una intensa nevada de confeti en la calle Ciutat de Reus es la imagen de postal del Cós Blanc, que empezó puntualmente a las siete de la tarde y que sólo el numeroso público que agolpaba el tramo principal del Ciutat de Reus impedía que la rúa llevara un ritmo ágil y dinámico.

Precisamente esta es la salsa del Cós Blanc. Una muchedumbre entregada a la fiesta que aplaude a carrozas y comparsas por igual a su paso mientras disfruta de la lluvia cálida de confeti bailando al ritmo de la música tanto de la organización como de las propias carretelas.

Miles de sonrisas

Las cifras de asistencia son difíciles de calcular. Empíricamente, los parkings estaban llenos. 3.000 vehículos ocupaban las plazas estratégicamente repartidas en diferentes puntos de la ciudad. Si a los visitantes, que este año llegaron más tarde –quizá por ver el partido del Barça que terminó poco después de las 18.30 horas–, se le suman los propios vecinos y los integrantes de las 29 collas, las cifras serían similares a 2016. Hablamos de unas 25.000 personas en el Cós Blanc, cifra bastante aproximada, confirmaban fuentes de la organización.

El desfile tuvo diferentes momentos álgidos. El primero, la despedida de la Associació Cultural i d’Esbarjo Jaume I, que tras 25 años en la rúa dijo adiós. Se echará de menos a este grupo de amigos que han hecho de su carroza y su vestuario verdaderas obras de artesanía.

La Colla Xurrucate, la Picardies, Els Dimecres y Vora Mar también recibieron un cálido homenaje, puesto que todas ellas cumplen años. La veterana, la Colla Picardies que salió a escena disfrazada de Catrina, la fiesta de los muertos que se celebra en México y otros países de Centroamérica, es la más veterana con 30 ediciones consecutivas en la rúa más famosa de la ciudad. El recorrido de dos vueltas entre el Ciutat de Reus y calle Barcelona empezó con la música de la serie Juego de Tronos para caldear el ambiente. Los cañones empezaron a expulsar las 20 toneladas de confeti y la gente reaccionó al ritmo de la música. Tres horas después, el Cós Blanc ya era historia y las calles casi sin rastro de papelitos. Salou nuevamente estaba inmersa en una noche de sábado de invierno.

Hoy todavía hay fiesta mayor. Matinades, fideuá popular, concierto y Diables, preludio del espectáculo pirotécnico que pondrá fin a la edición de 2017. Seguramente algún confeti se ha escapado de las barredoras y recordará la fiesta en los días venideros. Empieza ya la cuenta atrás para la edición de 2018.

 

 

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