Costa Daurada y Terres reducen las víctimas por ahogamiento este año

El SEM se ha activado este verano hasta en 38 ocasiones y ha habido siete víctimas, tres menos que en el mismo periodo de 2016

10 septiembre 2017 17:38 | Actualizado a 10 septiembre 2017 17:49
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El número de víctimas mortales  por ahogamiento se ha reducido respecto a 2016. Los datos oficiales facilitados por el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) certifica que el número de muertos ha sido de siete personas, tres menos que en el mismo periodo de 2016 –del 1 de junio al 27 de agosto, 88 días–.

Sin embargo, los datos oficiales del SEM no contabilizan a aquellas víctimas que pudieran perecer días después en un hospital o aquellas donde el SEM no ha actuado, como por ejemplo suicidios.

Con todo, el número de víctimas de este verano es ligeramente inferior a 2016, donde perdieron la vida hasta diez personas de diferentes edades.

Los decesos fueron en Sant Carles, L’Ampolla, Cambrils, Tarragona y Calafell

El máximo responsable del SEM en Tarragona, el doctor Alfonso López, admite que los datos registrados no contemplan las causas de las alertas y los decesos de los bañistas. Reconoce que si la persona atendida es de avanzada edad es posible que una patología previa pueda ser un factor determinante en el ahogamiento. 

Para López, «es muy importante que se tome consciencia de dónde estamos y qué hacemos. El agua no es nuestro medio natural y aunque no le tengamos miedo, sí debemos ser prudentes y tenerle mucho respeto».

De los 38 servicios activados estos 88 días de verano por un posible ahogamiento, muchos se han resuelto con final feliz. La rápida actuación de los socorristas de playa y piscinas coordinados con los profesionales del SEM ha permitido salvar muchas vidas, tanto de personas adultas como de niños. «La rapidez es fundamental en este trabajo. Los primeros ocho minutos son claves. Cuento más tiempo se pase sin respirar, más probabilidad de que el ahogamiento termine siendo mortal», añade el doctor.

Este año ha habido muchas situaciones donde no sólo los socorristas han realizado los primeros auxilios. Bañistas con conocimientos médicos o incluso policías locales han logrado estabilizar a los pacientes a la espera de la llegada de la ambulancia o del helicóptero.

Campañas y efectivos

Para el máximo responsable del SEM en Tarragona, el primer responsable de un ahogamiento es el propio bañista. «Hay que ser conscientes de lo que hacemos. No podemos bañarnos con bandera roja, hay que saber desde dónde se salta si hay una zona de rocas o incluso tener muy presente si acabamos de comer o hemos ingerido alcohol. Los primeros responsables somos nosotros propios», remarca el doctor del SEM.

La coordinación con los socorristas es fundamental para reducir el número de víctimas

Aparte, hay otra reflexión en voz alta que va dirigida a las administraciones. El clima benigno que cada vez más abarca días y semanas fuera de los meses de verano debería plantear un debate y una reflexión para dotar a las playas de efectivos de salvamento y socorristas más allá de las semanas fuertes de calor. 

Alfonso López no entra a valorar una decisión que ahora está en manos de los Ayuntamientos, cuya competencia en la materia es municipal. Como profesional sanitario admite que cuantos más recursos puedan utilizarse en las zonas de baño, más efectividad habrá en caso de una alerta, pero reitera que el primer responsable de cualquier incidencia es el bañista.

Los decesos fueron en Sant Carles, L’Ampolla, Cambrils, Tarragona y Calafell

«Las campañas de concienciación son importantes, pero hay que hacerlas y repetirlas hasta ser conscientes de que podemos disfrutar de nuestras costas y piscinas, pero a su vez ser responsables de que un día de ocio y diversión no termine en una tragedia indeseada».
Aunque el número de servicios activados ha bajado este verano ligeramente, las cifras en la Costa Daurada y Terres se cierran casi al finalizar septiembre, puesto que el buen tiempo todavía invita a la gente a darse un chapuzón.

Este año Sant Carles, L’Ampolla, Tarragona, Cambrils y Calafell han sido ciudades donde siete personas han perdido la vida.  La provincia donde ha habido más decesos ha sido Girona, donde hasta 17 personas han perdido la vida casi el triple que en 2016.

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