Cronología del crimen machista de Creixell

Manuel Ruiz disparó en dos ocasiones a Sulay Arteaga -posiblemente durante el fin de semana- y el lunes, tras hablar con su madre, se suicidó. Se hallaron los cadáveres en dos camas de dos habitaciones

14 mayo 2021 08:00 | Actualizado a 19 mayo 2021 05:54
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Manuel Ruiz Y Sulay Arteaga aparecieron muertos en la tarde-noche del lunes en su vivienda de la urbanización Rincón del César de Creixell. Él, vecino de Barcelona de 56 años, estaba postrado en una cama y con un orificio de bala, posiblemente en la cabeza. Ella, de 52 y de nacionalidad colombiana, en otra cama, cubierta con una sábana y con dos heridas presuntamente de la misma arma de fuego. No se descartan heridas de otras armas

La primera impresión de la escena del crimen, según la Divisió d’Investigació Criminal (DIC) de Mossos d’Esquadra, apuntaría a un delito de violencia machista. Ella llevaba muerta más tiempo (algunos días) y él se habría quitado la vida el mismo lunes poco antes de las 20 horas. 

https://www.diaridetarragona.com/costa/Encuentran-muertos-de-forma-violenta-a-una-mujer-de-52-anos-y-un-hombre-de-56-en-Creixell-20210518-0005.html

Desde la entrada a la vivienda de esta pareja y la confirmación de los dos cadáveres, la DIC decretó secreto de actuaciones y empezó la labor de esclarecer qué había ocurrido en la vivienda y los motivos de las muertes. 

Fuentes oficiales de Mossos comunicaron ayer a primera hora que había una investigación abierta por las muertes de una mujer de 52 y un hombre de 56 en Creixell. Que la alerta entró alrededor de las 21 horas a raíz de un aviso de los agentes de la Policía Local de Creixell y que con ayuda de Bombers entraron en el inmueble, localizando en su interior a las dos personas sin vida y con signos de violencia. 

El Juzgado de Instrucción 2 de El Vendrell procedió durante la noche del lunes a levantar los dos cadáveres y el caso pasará a manos del Juzgado de Violencia sobre la mujer, de la misma capital del Baix Penedès. 

Señalado por presuntas estafas 

La historia en este piso de Creixell de la pareja empezó hace un par de años. La vivienda donde residían, en el número 2-4 de la calle Adrià, es propiedad de la madre de Manuel, que vive en Barcelona. Su hijo había retomado la vida en pareja tras pasar por un divorcio complicado en el pasado, cuando vivía en Salou.  

Manuel era un autónomo del sector de la construcción y había fundado la empresa Tutor, con sede en Barcelona, en 2008. En la comunidad de propietarios donde vivía estaba realizando algunos trabajos. Sus vecinos proceden de Barcelona y alrededores y bajan a su segunda residencia de Creixell los fines de semana. Le conocían aunque solo fuera por cruzarse en la escalera. Pero también realizaba trabajos de mantenimiento y actualmente tenía algunos encargos de la comunidad abiertos. 

La última conversación de la mujer fue con una amiga el jueves, según reflejaba un mensaje

En este último fin de semana, dos de los propietarios estuvieron en su segunda residencia, pero nadie se percató de lo que habría pasado en la primera puerta de la segunda planta. Aunque sí ocurrió un hecho que Mossos también está investigando y del que fueron testigos estos vecinos de Manuel y Sulay. El sábado unas personas llegaron hasta la dirección de esta pareja y lograron que una vecina abriera el portal. Les explicaron que buscaban a Manuel porque se consideraban víctimas de una estafa en las obras que supuestamente estaría realizando. 

La visita de las presuntas víctimas se repitió el domingo. Esta vez con carteles que intentaron enganchar en la puerta de madera del piso, de la que nadie había contestado ni el sábado ni el domingo. Las personas a las que supuestamente habrían estafado en unas obras que no se estarían llevando a cabo se marcharon de este edificio de forma correcta y enseñando incluso a los vecinos mensajes que acreditaban su versión de la estafa. Precisamente este comportamiento educado y los mensajes que reflejaban la conversación entre paleta y cliente evitaron que los vecinos llamaran a la Policía Local para denunciar la presencia de este grupo de personas. 

Llamadas sin respuesta

Más allá de los problemas económicos que pudiera tener el paleta con su cartera de clientes, la historia de este crimen empezó a sospecharse ayer poco antes de las 15 horas. La Policía Local de Creixell recibía una llamada desde Suiza de una amiga de Sulay. Explicaba que había recibido una llamada del hijo de la fallecida, que reside en México, preguntando si sabía algo de su madre, pues llevaba una semana sin noticias de ella. La amiga de la víctima, preocupada, también facilitó el teléfono de otro de los hijos. 

La Policía Local de Creixell envió una patrulla y ésta acudió a una dirección que no era correcta, ya que la amiga desconocía el portal. La segunda vez que la patrulla volvía el lunes a comprobar el estado, nadie abrió la puerta y comprobó que las persianas estaban todas bajadas, un hecho que extrañó a los que conocían a la pareja, puesto que eran los únicos que residían en este bloque todo el año y no bajaban las persianas dejando la casa sellada. Manuel no tenía ni denuncias ni se le conocen altercados en el ámbito dle hogar.

Ante la falta de información sobre la mujer, la Policía Local intentó sin éxito hablar con su pareja, que tampoco contestaba al móvil ni al fijo. Se optó por llamar a su madre y ésta le explicó que cada día hablaban al anochecer y que si lo hacía lo comunicaría. 

El presunto homicida no tenía denuncias ni le constan altercados en el ámbito del hogar

El lunes la madre confirmó que había hablado con su hijo a la hora de siempre. La Policía Local, antes de activar cualquier protocolo para entrar en la casa, intentó de nuevo contactar con Manuel sin éxito. 

Esto motivo que a las 19.24 se llamara a Mossos d’Esquadra, Bombers y SEM para tomar una decisión y acceder a la vivienda ante el riesgo de que alguien pudiera estar en peligro. 

Bombers llegó a las 19.49 horas con el camión autoescalera. Policía Local cortó los accesos al edificio y el SEM estaba preparado por si había heridos. Bombers subió por la autoescalera, entró en la terraza y rompió el cristal para acceder a la vivienda ante la imposibilidad de hacerlo por la puerta principal. Algunas fuentes señalan que estaría trancada. 

Sábana que cubría el cuerpo 

Bombers fueron los primeros en entrar. Según parece habría la llama de una vela encendida y un olor intenso a incienso. Quizá el objetivo del aroma era evitar que el olor de un cadáver en la vivienda pudiera detectarse fuera del piso. 

Al comprobar que en el interior había dos cadáveres, fue la Policía Local quien entró para comprobar que no hubiese dentro una tercera persona y vio los dos cuerpos en las camas de sendas habitaciones. Salieron para no contaminar la escena y aguardaron a la llegada de la Policía Científica para que fueran ellos los que recopilaran pruebas y permitieran la extracción de los cadáveres. 

En la vivienda se encontró un arma de fuego corta que podría ser la que utilizó el hombre para disparar dos veces a su pareja y una contra sí mismo, cuando se quitó la vida en la tarde-noche del lunes.

El cuerpo de Sulay estaba tapado con una sábana y a falta de concretar la hora de la muerte por la autopsia se estima que llevaba más de un día o quizá dos muerta.

De hecho, las pistas que baraja la DIC es que la última comunicación de la mujer con el exterior fue un mensaje de texto del jueves con una amiga. Desde entonces no hubo más posibilidad de conocer cómo estaba y qué hacía.  

Mientras el análisis forense debe dictaminar la hora de la muerte de la presunta víctima de violencia machista, parece más claro que el suicidio del presunto agresor se materializó entre las 19 y 20 horas del lunes, ya que a esa hora habló por última vez con su madre. Se desconoce si en la conversación dejaría entrever que poco después se dispararía. 

El levantamiento de los cadáveres se produjo pasadas las 22.15 horas de la noche y se despejó la calle y cerró la vivienda poco antes de la medianoche. 

Ayer, Mossos informaba de la investigación y el Ayuntamiento de Creixell izaba las banderas a media asta y el alcalde, Jordi Llopart, firmaba un decreto para establecer tres días de luto. A las 19 horas, en el Ayuntamiento se llevó a cabo un acto de rechazo a la violencia machista, la hipótesis que mayor fuerza cobra en este suceso de Creixell.  

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