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Son un patrimonio cultural que muestra el pasado agrícola de los municipios. Las barracas de piedra seca son construcciones que resisten en campos y zonas en las que el bosque ha ocupado antiguos campos y que levantaban agricultores y pastores para guardar aperos y ser refugio.
Pese a la divulgación de ese patrimonio y que muchos municipios lo ponen en valor, todavía hay vándalos que lo destrozan. La pasada semana una de las barracas de piedra seca que alumnos del instituto y voluntarios de Cunit reconstruyeron hace un par de años apareció desmontada en una parte de su entrada.
No es la primera vez que estas construcciones sufren ataques vandálicos en el municipio. La dañada la pasada semana está próxima al yacimiento íbero del Fondo del Roig. Ahora volverá a reconstruirse pero con el temor de que vuelva a ser atacada.
El concejal de Cunit Jaume Casañas lamenta ese vandalismo contra el patrimonio y señala que el Ayuntamiento catalogará las construcciones de piedra seca del municipio como Bien Cultural de Interés Local (BCIL).
Ataque
El objetivo de esa catalogación, más allá de un reconocimiento, es que pueda haber más castigo en el caso de identificar a quien las destroce ya que será un ataque contra patrimonio.
El pasado marzo otra barraca de piedra seca apareció dañada e incluso alguien encendió fuego en su interior y se encontraron restos en el entorno como si se hubiese celebrado una fiesta.
Sin embargo para esas denuncias debe pillarse al vándalo en el momento de causar los daños. En este sentido deben reforzarse las patrullas o utilizar el dron que el Ayuntamiento argumentó que permitiría precisamente realizar vigilancia en esos caminos y zonas boscosas de manera rápida.
Con motivo de la pandemia son muchos los vecinos que han acudido a las zonas boscosas del municipio para pasear por lo que debe tener más sentido emplear ese sistema de vigilancia.
Una decena
En el municipio hay identificadas una decena de barracas de piedra seca. Grupos de voluntarios ya han reconstruido tres, aunque podría todavía haber otras ocultas en el bosque.
Esas construcciones, pese a su aparente sencillez exigen de una precisa técnica para encajar las piedras que los agricultores sacaban del campo para poder adecuar sus terrenos. Pese a esa sencillez han resistido durante décadas.
El Ayuntamiento de Cunit señala que irá restaurando las que estén más dañadas, pero pide respeto hacia ese patrimonio. En el municipio se han organizado diversos vecinos y voluntarios para reconstruir esas construcciones de piedra dañadas.
Ya han recuperado tres de las barracas que ahora deberían tener una mayor protección para poder castigar con contundencia al responsable de causarles destrozos.
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