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Solicitaron uno de los huertos urbanos que ofreció el Ayuntamiento de Cunit en la zona de la Era de Cal Marquès. El objetivo era, además de evitar la degradación de espacios naturales, recuperar la actividad agrícola como forma de garantizar la conservación del terreno.
Los vecinos que pidieron una de las parcelas de titularidad municipal no pueden comercializar con los productos que obtengan, pero sí que pueden establecer intercambios entre ellos. En este sentido se busca recuperar la filosofía de la colaboración y el aprovechamiento de los alimentos.
Pero además los nuevos agricultores trabajarán de manera ecológica y sostenible. Y para ello ya participaron en la primera de las seis sesiones del curso de horticultura ecológica que organizó el propio Ayuntamiento.
Control de plagas
La primera sesión fue para aprender a prevenir y controlar las plagas en los huertos sin tratamientos químicos que además de afectar a los propios productos empeoran la calidad de la tierra.
Los vecinos que ya cuidan y trabajan las parcelas aprendieron a preparar insecticidas, fungicidas y vitalizantes pero elaborados a base de ortiga, ajo, cebolla, leche o yogurt. Son unos preparados de fácil elaboración y coste reducido que además de efectivos son respetuosos con el medio ambiente.
De hecho una de las condiciones que estableció el Ayuntamiento de Cunit para la concesión de los huertos a los solicitantes era que debían emplearse técnicas de agricultura ecológica.
Miembros de la Cooperativa La Piotxa impartirán entre los meses de abril a septiembre otros cinco talleres con la misma filosofía y en los que se tratará desde los cultivos de temporada a la elaboración de compost con la ayuda de lombrices y materia orgánica o la producción de las propias semillas para mantener la actividad en el terreno. Otra se las sesiones será sobre la conservación y aprovechamiento de los excedentes de los huertos.
