De mantas y falsificaciones, el eterno debate

El top manta se convierte cada año en uno de los ‘problemones’ del verano, pero parece que la solución no se acerca

29 julio 2018 15:32 | Actualizado a 30 julio 2018 11:05
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Es la postal típica de cada verano en la denominada zona cero del top manta.  La frontera entre Cambrils y Salou queda a diario plagada de vendedores ambulantes ilegales que ofrecen sus productos –la mayoría falsificados– a pie de calle. Colapsan el paseo marítimo y dejan solo ‘libre’ un carril bici que deben compartir  –de forma nada operativa ni segura– peatones, ciclistas y patinadores.

El debate lleva muchos años sobre la mesa. Hay incluso quien se confiesa cansado de que se hable del tema. Quien dice que es repetitivo. Pero es que la solución no llega. ¿Quién la tiene en sus manos? Es la gran pregunta.

Los cuerpos policiales hacen lo que pueden con las pocas herramientas que tienen a su alcance. Este año se han llevado a cabo varios operativos en la zona cero –la del Cap de Sant Pere–. Impiden que los vendedores se instalen allí. Hay tensión. Pero no altercados. Quieren evitarlos para que no haya males mayores. Pero, insisto, ellos no tienen la solución.

Dicen que la normativa no ayuda. Así que quizás deberían ponerse las pilas las administraciones. Y no hablo solo de las locales. Tendría que llegar de más arriba. Y crear una red de colaboración que ayudara a poner fin a este problema. Sé que no es fácil. Pero cerrar los ojos o mirar hacia otro lado solo hará que las cosas empeoren y que hallar la vía de salida sea todavía más complejo.

De quien no se habla tanto es de los compradores. Está claro que si la gente no adquiriera los productos, el top manta no existiría. Así que las campañas infomativas dirigidas al cliente se han convertido en habituales. Se reparten los folletos en los comercios y también in situ, a pie de ‘mercado’ del top manta, mientras se mantienen los dispositivos policiales que impiden que se instalen allí.

«Hoy no les dejamos pasar a tender su manta. Pero que sepas que si compras ahí, puede costarte una sanción de 2.000€», es el mensaje que se les traslada, según pone sobre la mesa el presidente de la Unió de Botiguers de Cambrils, Enrique Arce. Y es que él también tiene claro que el gran problema es el cliente. «Parece que no le importe comprar productos falsificados».

Aunque también es cierto, como plantea el propio Arce, que multar a turistas extranjeros que pasan unos días de vacaciones aquí tampoco sería una solución demasiado operativa.

«Turistas alemanes o suizos, por ejemplo, piensan que si están aquí vendiendo, a pie de calle, es porque lo que hacen es legal. Si no, no estarían», remarca. Por lo que la campaña informativa se dirige a todo el mundo. De perfiles y procedencias muy distintas.
Dicen que en esta zona cero –en territorio cambrilense pero más cerca de Salou– todo empeoró después de los atentados del año pasado.

Que los agentes se dedicaron a otras cosas y aquello quedó como el pequeño cortijo del mundo de la manta. Y muchos señalan que el problema, ahora, ha crecido y se ha hecho fuerte. «Funcionan como una mafia. Todo lo que hay detrás es muy complejo», afirman quienes les conocen más de cerca. 

En El Vendrell apuestan por  vigilantes privados. Una medida también polémica, pero que sus impulsores aseguran que da sus frutos. Me pregunto si se ha analizado su posible aplicación en otros municipios. O si han intercambiado impresiones. Miami Platja también lo sufre. Y La Pineda, o L’Hospitalet de l’Infant, en su caso junto al mercadillo de los domingos. Y tantos otros. ¿Se han planteado la opción de trabajar todos juntos?

También está el discurso centrado en la complicada situación que atraviesan los ‘manteros’. Su necesidad de ganarse la vida. «Pero nadie les dice que no lo hagan. Si pagaran sus impuestos como los demás no diríamos nada», afirman los comerciantes. 

Mientras, los años pasan y son muchos los negocios que han cerrado, impotentes ante una coyuntura que no les es aún favorable, y ante una fuerte competencia desleal que les hunde los negocios.

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