Debate estéril en Salou sobre la huida del rey emérito

La vida política cada vez me hastía más. El debate como herramienta para mejorar la sociedad o buscar la fórmula para beneficio del colectivo que representan los políticos ha dejado de ser una posibilidad factible para convertirse solo en retórica para salir del paso de cualquier situación. Y este miércoles, en el pleno ordinario de Salou, se ha dado un ejemplo de como un debate se convierte en un intercambio de ideas estéril y sin ninguna finalidad. 

ERC defendía una moción «para retirar los honores a Juan Carlos I (el rey emérito) y reprobar al Gobierno de España por su huída». El portavoz de los republicanos, Marçal Curto, se había puesto la camiseta negra con un mensaje claramente contrario a la monarquía y desde su casa (la sesión era telemática) argumentó que «aunque el rey emérito no tenga ningún honor en Salou, consideramos que la ciudadanía tiene derecho a conocer la opinión de estos hechos por sus representantes».

¿El portavoz de ERC en el Ayuntamiento hizo un oximorón o me lo parece a mi? pide la retirada de honores del rey emérito en su ciudad cuando el monarca carece de ellos. Y lo hace en una moción y encima empieza su defensa admitiendo los hechos. Si esto no es surrealista, perdónenme pero estos algo oxidado de cubrir plenos municipales. 

Volvamos, pero, al debate interesante de la moción republicana contra el rey emérito, puesto que las otras cuatro mociones versaban sobre economía y sobre la legitimidad del Gobierno de quedarse con los ahorros de los ayuntamientos. Quizá más actual, pero igual de aburrido con el reproche de actos en función de las siglas que representaban los ediles.

Así pues, con el rey emérito en Abu Dabi (lo único que tiene relación con Salou es que puede disfrutar del parque Ferrari Land que tiene la capital de los Emiratos Árabes Unidos), el debate telemático en Salou fue una tertulia sin vermut ni aceitunas. Que si es una monarquía podrida, que si la mancha de corrupción se extiende, que si... bla, bla bla. Por otro lado, que si oportunistas, que si mezquindad, que si no hay presunción de inocencia, que si... más bla, bla, bla.

En Salou no hay nada a nombre de Juan Carlos I, por lo que la moción era un burdo intento de debate entre las diferentes formaciones políticas. Si no hay honores, ¿qué debemos retirar en Salou para que el pleno municipal debata un tema que está fuera de su alcance? Esta fue parte de los argumentos que esgrimieron los partidos políticos que votaron en contra: PSC, Ciutadans, PP y los concejales de FUPS de la coalición Sumem per Salou.

A ERC le apoyaron la moción los dos ediles de la antigua CDC de Sumem per Salou formando entre todos seis votos a favor, insuficiente para que tuviera más continuidad. Marçal Curto, más allá de despotricar de la monarquía, admitió que conocía que no tenía el rey honores en la ciudad pero pretendía «conocer la opinión de los hechos». Pues como dijo el mayor Trapero en una rueda de prensa: «Bueno, pues molt bé, pues adiós».