Denuncian el peligro de la tala ilegal de algarrobos en Salou

Vecinos de la zona de Emprius se quejan del riesgo que suponen los restos abandonados

07 octubre 2020 18:30 | Actualizado a 08 octubre 2020 04:47
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Enfado monumental de vecinos de la zona de Emprius de Salou después de que hace unos días aparecieran talados numerosos algarrobos en la zona. También algún payés ha puesto el grito en el cielo, aunque muchos de esos árboles se encuentran en fincas abandonadas o en las que apenas hay movimiento. Sea como fuere, la situación tiene una doble vertiente: por un lado cortan los árboles para llevarse las algarrobas y, por otra, «los restos de las talas suponen un grave peligro para la zona», explican los residentes.

Tras los últimos acontecimientos de robos de algarrobas en poblaciones vecinas en las últimas fechas, algunos payeses han mostrado su preocupación. «No entendemos la causa de que, además de robar la algarroba, también tengan que destrozar los árboles», apuntan payeses y residentes de la localidad.

Fuentes de la Policía Local de Salou reconocen que ha habido pequeños hurtos al respecto, «pero en Salou no tenemos grandes extensiones de algarrobos. Han sido casos puntuales. Al parecer, ahora se usan también para el consumo humano y por eso ha subido mucho el precio, motivo por el cual la gente roba las algarrobas». Su cultivo se localiza en nuestras comarcas en el Baix Penedès, Camp de Tarragona, Baix Ebre y Montsià. Las variedades más extendidas en esta área son la ‘negra’ y la ‘rojal’. Su precio medio de cotización actual es de 59 céntimos de euros/kilo en la Llotja de Reus, por ejemplo. Sin embargo, la policía salouense no tiene constancia de que haya habido destrozos en los árboles.

Precisamente, esa tala de arbolado ha supuesto también las quejas de vecinos de la zona, que denuncian el peligro de pasear por los campos con restos de arbolado tirados por el suelo. Muchos de esos campos también están abandonados y son los propios vecinos de la zona de Emprius los que hacen fotografías para demostrar que la tala es cierta y que se están dejando restos vegetales, además de plásticos y otros enseres en los mismo terrenos. «Debería ser el Ayuntamiento quien tomara cartas en el asunto, nosotros podemos aportar las pruebas de lo que está sucediendo», explican los vecinos. La zona afectada va desde detrás de la gasolinera de la Shell hasta el Emprius. «Si esto prendiera fuego, no queremos ni pensar lo que podría ocurrir», concluyen.

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