Denuncian el riesgo del coto de caza de Pla de Mar de El Vendrell

Un vecino ha pedido segregar su finca que está en la zona cinegética

16 septiembre 2021 15:27 | Actualizado a 16 septiembre 2021 15:46
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La actividad de cazadores en zonas próximas a urbanizaciones genera quejas de vecinos de El Vendrell por las detonaciones y dicen temer pasear por caminos y hasta salir de sus casas si limitan con campos. 

La situación se repite en zonas donde las urbanizaciones se han levantado en antiguos terrenos forestales y agrícolas donde se mantiene la actividad en viñedos y olivares a escasos metros de las viviendas.

La casa de Óscar López está rodeada de viñedos en el Pla de Mar de El Vendrell, un amplio terreno entre el núcleo histórico y las playas.  La vivienda de López es la única en toda una gran extensión que además, es un coto de caza. 

Caer plomos

«Tenemos miedo de los cazadores. Este año nos hay caído plomos al tejado de casa y al coche». Lamenta que haya cazadores que no respeten la distancia de seguridad y que tampoco disparen de espaldas a la casa.

Desde mediados de agosto a mediados de septiembre es la media veda para la caza de paloma y garza «y los cazadores disparan en todas direcciones sin tener en cuenta la presencia de la vivienda», explica López.

El vecino pidió la segregación de su propiedad, de unas 6,5 hectáreas, para que no esté incluida en el coto. Debe señalizarlo cada 100 metros y los cazadores no podrán entrar. Sin embargo sí que podrán seguir con la práctica en el resto del terreno.

Exceso de palomas

López explica que intenta convencer a otros propietarios para que hagan lo mismo, por lo que de extenderse, el área autorizada de caza quedaría muy delimitada y prácticamente sin interés cinegético.

Desde la Societat de Caçadors de El Vendrell, su presidente, Juan Antonio Durán, señala que difícilmente el espacio de caza se reducirá más porque «muchos propietarios piden batidas ya que hay un exceso de palomas y después vendrán conejos y jabalíes». 

Son especies que por su elevado número causan daños en las viñas. «Los propietarios piden controlar esas especies», explica Duran. En la zona hay una riera con agua y atrae a muchos animales que ya crían en la zona, por lo que se multiplica su número. También hay construcciones abandonadas en las que crían con tranquilidad. Por ello en la Societat de Caçadors vaticinan que en pocos días se incrementará el número de conejos y jabalíes.

Por ello defienden que su actividad es reclamada por los propietarios de fincas agrícolas. La permanencia del coto de caza no está vinculado a su antigüedad. Se actualiza en función del desarrollo del territorio al generar zonas de seguridad como caminos de uso público, vías pecuarias, vías férreas, aguas públicas como cauces y los núcleos  urbanos y rurales y zonas habitadas.

Sin respetar 
El vecino que ha segregado su finca explica que hay cazadores que no respetan esas obligadas medidas de seguridad y que incluso se encaran cuando se les llama la atención. En alguna ocasión, tras caer cartuchos sobre su propiedad ha llamado la los Mossos d’Esquadra para denunciar la situación.

En el coto de Pla de Mar los cazadores no deben recorrer el terreno sino que hay puestos fijos. En el entorno de la casa de Oscar López hay tres puntos de tirada «que están a 120 metros y se tira de espaldas a la vivienda», explican los cazadores. Sobre la caída de plomos en la propiedad considera que puede haber sido de forma accidental y muy puntual.

Las quejas por eso coto no son nuevas. Hace dos años un grupo de vecinos ya impulsó una recogida de firmas para eliminar ese área de caza que está próximo a zonas residenciales y un avía verde muy usada parea caminar e ir en bicicleta. Explican que por las mañanas en días de veda se despiertan por los tiros

El Ayuntamiento señala que es una zona de caza permitida por la Generalitat por lo que poco puede hacerse a nivel municipal ya que hay una catalogación del terreno que de momento permite esa actividad en determinados periodos al año.

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