Desacuerdos con el proyecto de nueva biblioteca en Altafulla

El principal problema es la ubicación. El equipo de gobierno la quiere cambiar y la oposición mantenerla en el mismo edificio

25 agosto 2017 08:40 | Actualizado a 25 agosto 2017 08:41
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Las nuevas instalaciones de la Biblioteca Pública de Altafulla vuelven a crear roces entre el gobierno y la oposición de la localidad. El nuevo edificio, que propone el Ayuntamiento, está cerca de las vías del tren, más alejado del casco antiguo altafullense pero más cerca del barrio marítimo, en la zona de la estación de trenes, la guardería y el parque para gimnasia de adultos. Según la regidora de Urbanismo, Marisa Méndez: «No es una zona apartada, donde no haya nadie. Es una zona que el Ayuntamiento trabaja para dinamizar». No opinan lo mismo desde la oposición. Jordi Molinera, portavoz de ERC - l’Eina, denuncia que  «pierde una centralidad importante. Ahora mismo está entre  los centros educativos, el sitio mas idóneo para una biblioteca». Asegura además que no es una zona que se pueda potenciar, porque no estará en el barrio de Baixamar y porque ya está edificada, lo que impide la llegada de, por ejemplo, nuevos establecimientos.

Jordi Molinera: ‘La localización actual todas las tardes tiene mucha vida. La nueva no’

Des de la concejalía aseguran que la zona se puede dinamizar si se trabaja en ella y que con las nuevas instalaciones se triplicará en metros cuadrados el espacio utilizable, solo en la primera fase, y se llegará a los 750m2 que exige la Generalitat en la segunda. El Govern envió una carta  al Ayuntamiento con algunas consideraciones, como el espacio insuficiente de la nueva localización y avisando sobre la descentralización del equipamiento. Molinera asegura que no se puede ignorar lo que indica un documento oficial pero, según Méndez, hubo una visita de Jordi  Agràs, director de los Servicios Territoriales de Cultura y de Josep Vives, director del Servicio de Bibliotecas, que propició que todas las dudas se disiparan.

El papel ciudadano

No obstante, el principal punto de desacuerdo entre los grupos políticos es la participación ciudadana. Esquerra pidió que se creara una comisión de cultura para poder poner el proyecto actual y el propio sobre la mesa y debatirlos, comisión que nunca se llegó a crear. «Hay 500 firmas de vecinos, el apoyo de la plataforma Altafulla Decideix... y el gobierno no quiere abrir un proceso de debate ciudadano», se lamenta Molinera. Por parte del ayuntamiento, de momento, no se plantea ningún debate y se seguirá con el proyecto presentado. Méndez explica que Generalitat les da vía libre con la nueva biblioteca y que se ha hablado de subvenciones para la segunda fase de la construcción. ERC ha presentado sus alegaciones.

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