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Un inconveniente en forma de humedades ha aparecido en una de las paredes exteriores del Casal la Violeta de Altafulla, en el momento en que se halla plenamente inmerso en los trabajos de remodelación del equipamiento municipal. Este imprevisto obliga a los servicios técnicos del Ayuntamiento a evaluar la actuación necesaria para la eliminación de las humedades detectadas.
El problema se remonta a la pasada primavera, cuando en una de las Comisiones de Urbanismo del Ayuntamiento de Altafulla se informó de este contratiempo. El agua de la lluvia de las viviendas anejas a las calles Martí d’Ardenya y Sant Martí deriva hacia uno de los laterales del Casal, se acumula el agua y provoca las referidas humedades, algo que fue descubierto cuando las obras de rehabilitación de La Violeta ya estaban en marcha.
El coalcalde de Altafulla, Jordi Molinera, manifiesta que «las humedades no suponen ningún riesgo inminente», pero admite que «si no actuamos pronto para poner solución, a la larga la estructura volvería a verse afectada». Tras los estudios técnicos realizados, lo más probable es que se opte por una segunda actuación, una vez finalizados los trabajos de remodelación.
Pese a esta dificultad, las obras en curso avanzan a buen ritmo y cumplen los plazos previstos. Las previsiones iniciales apuntan a que podrían estar terminadas a finales del mes de octubre o principios de noviembre. No obstante, Molinera subraya que si la nueva Violeta no está lista para ser inaugurada por la Festa Major, en noviembre, «no es preocupante, puesto que lo más importante es la inversión que se está haciendo y la polivalencia del espacio».
Cabe recordar que en estos momentos el nuevo equipo de gobierno estudia el modelo de butacas móviles que incluirá en el proyecto de La Violeta, lo cual se confía concretar el próximo mes de septiembre, en contra de la opción de sillas fijas que había aprobado el ejecutivo anterior, iniciador de la rehabilitación y acondicionamiento del Casal.
