Eduard Vallès: 'En Mauthausen no se puede rodar por respeto a las víctimas'

Segundo Premi Gaudí del cambrilense a la Mejor Dirección de Producción por ‘El fotógrafo de Mauthausen’. Con él hablamos para conocer detalles del film y cómo se logró llevar a cabo

30 enero 2019 11:11 | Actualizado a 05 febrero 2019 13:55
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El pasado domingo fue el Día Internacional de las Víctimas del Holocausto. Quizá por ello, el Premi Gaudí que recibió Eduard Vallès (Cambrils, 1966) tiene un sabor especial. Junto a Hanga Kurucz, ha recibido el galardón por la mejor Dirección de Producción en la película El fotógrafo de Mauthausen. Se trata del segundo Gaudí del cambrilense, tras The Pelayos (2013). Este sábado opta, en la misma categoría, al Goya.  

Felicidades por su segundo Premi Gaudí. ¿Se lo esperaba?
La cosa estaba dividida. De las nominadas, la nuestra tenía mucha tarea de producción. Pero dependía de cómo los académicos miraran la votación, con qué ojos. Si la valorarían en el conjunto de la película o sólo la parte de producción; si prevaldría un estilo más técnico o uno más artístico. Pero estoy contento por el premio, tanto por el trabajo hecho como por la película. 

Fue una visita muy emotiva. Veías las listas de las personas que metieron en los hornos. Gente de Valls, de Alcover y de la zona

¿Cómo ha sido trabajar con Mar Targarona?
Es la segunda película que hacemos juntos después de Secuestro. Lo hace muy fácil. Le presentas una valoración desde el punto de vista económico más interesante o que pueda lucir más, y lo ve muy rápido, lo que es una ayuda para nuestra tarea.

Para hacer la película estuvieron en Mauthausen.
Estuvimos allí en el inicio del proyecto para documentarnos de cómo es Mauthausen. Intentamos rodar en el campo para ahorrar en la reconstrucción de escenarios, pero no fue posible porque al ser un memorial se considera un cementerio y había que respetar la memoria de la gente que murió allí. Igualmente fue una visita muy emotiva. Veías las listas de las personas que metieron en los hornos. Gente de Valls, de Alcover y de la zona. 

En el campo había un prostíbulo. Les prometieron a las mujeres que, si se prostituían, salvarían sus vidas

Grabaron en Hungría, cerca de Budapest.
Sí, en los Mafilms Studio. Es un plató en el que se han hecho varias películas sobre campos de concentración porque tienen muchos pabellones construidos. Los reformamos para darle el aspecto de Mauthausen y también buscamos escenarios de invierno, como un bosque nevado. Trabajamos muy bien en Hungría porque ya están acostumbrados a hacer producciones tanto europeas como americanas y tienen muy buen nivel técnico.

¿Qué hace exactamente un director de producción?
Junto al productor ejecutivo intentamos definir los objetivos de la película o decidir qué tiene más presencia en el proyecto, y a partir de ahí hacemos los números para llevarlo a cabo. Una vez cuadrados los presupuestos, contratamos al equipo técnico y artístico. Transmitimos el mensaje que queremos dar al equipo, desde actores a técnicos. Y cuando ya estamos rodando, miramos que haya buena coordinación entre todos los departamentos.

Los negativos fotográficos que salvó Francesc Boix fueron pruebas  contra los nazis en los Juicios de Núremberg 

¿Qué ha aprendido con esta película?
Toda la maquinaria de exterminación que tenían allá. Es muy duro emocionalmente porque al final de la guerra su reto era eliminar al número máximo de judíos y demás prisioneros. Más de 4.000 españoles murieron en Mauthausen, y a los que sobrevivieron les fue del canto de un duro. Era vivir en estado de terror todo el día. También desconocía el establishment que había dentro del campo, con diferentes categorías de presos y un prostíbulo. Les prometieron a las mujeres que, si se prostituían, salvarían sus vidas. Después de la película me ha sorprendido mucha gente que me ha explicado que tenía un familiar que estuvo allí.  

En su discurso recordó la figura de Francesc Boix, ‘el fotógrafo de Mauthausen’.
Él es el origen de la película. Si no hubiera logrado sacar los negativos de Mauthausen, no se habría podido explicar la historia, ni salvar las imágenes que después fueron pruebas contra los nazis en los Juicios de Núremberg. Gracias a Francesc y sus compañeros se demostraron muchas atrocidades.

¿Cree que este sábado puede ganar el Goya?
Es complicado porque hay películas como Campeones, El reino o El hombre que mató a Don Quijote que optan al premio. Son muy potentes, mueven a mucha gente y son complicadas de hacer. No sé qué pasará, pero estamos contentos con el trabajo hecho. 

¿Qué le preocupa del mundo del cine? ¿Las ayudas públicas, la libertad de expresión...?
Yo soy un técnico y no un creador. Me preocupa que haya una industria fuerte con buena salud que de trabajo en Catalunya y que podamos hacer coproducciones con otros países. Pero sobre todo, que la gente vaya a las salas de cine.

Comentarios
Multimedia Diari